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Año 1700. Siglo XVIII
Al fallecer Carlos II en 1700 y virtud del testamento que otorgó, la corona de España pasó a la Casa de Borbón francesa, siendo el primer rey en España el duque de Anjou, con el nombre de Felipe V, después de catorce años de luchas con el archiduque Carlos de Austria, aspirante también al trono.
El constante incremento de población obligó a ampliar oficialmente el término de la ciudad.
Era también necesario dar la apariencia a la ciudad que le correspondía como capital del reino, si bien, estos conceptos se venían aplicando por los gobernantes respectivos.
Son numerosos los edificios majestuosos que se levantaron durante el siglo.
Por otra parte esta majestuosidad contrastaba ampliamente con el caserío humilde y falto de habitabilidad del resto.
Las costumbres experimentaron una transformación importante.
El trabajo se ennobleció y se le consideró con toda dignidad como fuente de riqueza.
Se persiguió la vigilancia y la mendicidad y se prohibió también el lujo desmesurado.
La segunda mitad del siglo fue un periodo lleno de tirantez en el ámbito cultural. De una parte se imponía lo nuevo, lo europeo, llegado de Francia y de Italia propulsado por las minorías ilustradas. En el otro extremo se mantenía lo español, lo tradicional, lo autóctono, profesado con fuerza por el pueblo llano y alguna minoría.
Carlos III (1759 – 1788) dio a Madrid una dimensión monumental importante.
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