sábado, 31 de enero de 2009

EFEMERIDES MATRITENSES 852 - 1992

LIBRO SOBRE LA HISTORIA DE MADRID

... continuación

Magerito, Matrice, Mayrit, Madriz, Madrid.

En el territorio sobre el cual se conformara la comunidad madrileña de Villa y Tierra, tras la reconquista de Madrid (1083), se han encontrado restos de todas las épocas, y todo hace suponer que sobre el cerro en el que se levantaría el Alcázar (hoy Palacio Real y catedral de la Almudena), hubo desde antiguo algún poblamiento.
Ya Menéndez Pidal habló de la existencia antigua de Madrid y la dio el nombre celta de Magerito, del sustantivo Ritu (puente, vado) y el adjetivo Mageto (grande).

Para Javier Oliver Asín, el primer nombre de la Villa ha sido Matrice. Nombre premusulmán que aludiría al arroyo “madre” que fluía por el barranco profundo, hoy calle de Segovia.

Los árabes la llamarían Mayrit, de la palabra Mayra (madre, matriz) y el sufijo It (lugar). El lugar de la matriz o arroyo madre.

Para otros, Madrid sería un nombre evolucionado del árabe Magerit, “el fortificado”.

También hay otra etimología posible. Madrid tendría su origen en un poblado celtíbero y sería una palabra del viejo idioma, ya que existen diversos lugares en España con el nombre de Madriz o Madrid.

Se podría también afirmar que Madriz y Madariz es lo mismo, y si se quiere, Madrid es una contracción de Madariz, nombre ibérico que significa “perales”, no olvidemos que en Madrid existen pueblos con el nombre de Perales. También el propio Berceo, hablándonos de la vida de San Millán (patrono de Castilla), nos dice que nació en Madriz, barrio de la Cogolla (La Rioja), zona que conserva hasta la actualidad una fuerte toponimia ibérica.

En cuanto al nombre de Mayrit, existe también la teoría de que proviene de la abundancia de aguas subterráneas en el subsuelo madrileño, y también puede proceder del nombre de la aldea en la que vivía la tribu bereber de los Banu Mayrit.


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martes, 27 de enero de 2009

EFEMERIDES MATRITENSES 852.1992

LIBRO SOBRE LA HISTORIA DE MADRID

...continuacion


PREHISTORIA DE MADRID

Yacimiento paleontológico de San Isidro

Una escultura de línea moderna, erigida en el parque de San Isidro en 1.990, nos indica el lugar de este yacimiento.

Durante el Terciario (mioceno) hace unos diecisiete millones de años la fauna encontrada se compone de Gomphotherium angustidens (mastodonte primitivo), el Hispanoterium matritense (rinoceronte de un solo cuerno), el Bunolistriodon lockharti (jabalí primitivo), así como gran número de roedores y reptiles.

El paisaje era abierto y poco arbolado; el clima seco y cálido, casi tipo subtropical, ocasionalmente, extensas áreas se encharcaban debido a las arroyadas provenientes de la sierra.

Los sedimentos cuaternarios dejados por el río en este cerro pertenecen al Pleistoceno Medio, hace 300.000 años; el elemento más característico de su fauna es el Faleodoxodum antiquus (elefante antiguo), correspondiendo su hábitat a un clima templado, húmedo, donde las riberas del río estarían pobladas de un denso arbolado.

En sedimentos más recientes, del Pleistoceno Superior, se han encontrado animales característicos de las épocas glaciares como el Mammuthus primigenius (mamut), el Coelodonte antiquitatis (rinoceronte lanudo).

El descubrimiento de estos fósiles fue conocido por la comunidad internacional considerándose San Isidro un yacimiento clásico en la paleontología de vertebrados europea.

A mediados del siglo XIX los científicos y naturalistas Ezquerra del Bayo y Casiano de Prado dieron a conocer los primeros fósiles del Terciario y Cuaternario de Madrid, encontrados en este cerro de San Isidro.

Del estudio de estos descubrimientos y de los muchos posteriores realizados en las riberas del río Manzanares, se han podido deducir importantes datos sobre la edad, clima y paisaje de estas épocas.


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viernes, 23 de enero de 2009

EFEMERIDES MATRITENSES 852 - 1992



LIBRO SOBRE LA HISTORIA DE MADRID

... continuación

ANALISIS BREVE DE LA HISTORIA DE ESPAÑA DESDE LA EDAD MEDIA.

La Edad Media se subdivide a su vez en Alta Edad Media que comprende desde el siglo VIII al siglo XII, y la Baja Edad Media desde el siglo XIII al siglo XV. La Alta se caracterizó por el predominio de los musulmanes y la Baja se caracterizó por el auge de la Reconquista.
Durante la Reconquista, y ya desde sus comienzos empezó a formarse una sociedad compuesta por las siguientes instituciones: Monarquía, Iglesia, Nobleza y Pueblo.
La Monarquía era hereditaria. La Iglesia ejerció una influencia muy poderosa, la Nobleza fue el brazo fuerte de la monarquía y se componía de ricos-homes, duques, marqueses, condes, hidalgos, caballeros e infanzones.
El pueblo, o estado llano estaba constituido por la masa general de ciudadanos, que se llamaban siervos o villanos, cultivaban la tierra y debían hallarse permanentemente a disposición de los señores. Con el feudalismo, la tierra se hallaba dividida en villas y pertenecían a los señores, que eran también dueños de la vida y hacienda de los villanos.
La Nobleza y el Clero, no pagaban contribución y todos los impuestos recaían sobre los villanos o siervos.
Las Cortes venían a ser un consejo de los reyes y al principio sólo tenían representación en ellas la Nobleza y el Clero.
Hasta el siglo XIII, la inmensa mayoría de las personas no sabían leer ni escribir.
Los Reyes Católicos, tuvieron como principal objetivo el fortalecimiento de la autoridad real con vistas a crear un Estado centralizado.

La Casa de Austria.
. Carlos I, fue el primer rey de la Casa de Austria y junto con Felipe II consiguieron para España la época de máximo esplendor.

. Felipe III, entregó el gobierno al duque de Lerma que lo compartió con Rodrigo Calderón y solo pensaron en enriquecerse; el duque de Lerma tuvo que devolver buena parte de lo que había defraudado y Calderón murió decapitado, y también se inició un desacierto político y una inoperancia que con Felipe IV y Carlos II llegó a una decadencia y bancarrota considerables.
. Felipe IV centró todas sus aficiones en las artes y la literatura; se entregó a la disipación y a los placeres dejando el gobierno en manos del conde-duque de Olivares. Fue Felipe IV una desgracia para España, que la precipitó hacia la ruina que había iniciado su padre Felipe III.
. Carlos II, llamado el Hechizado, completó la ruina y decadencia, y dice la historia que, a su muerte, en España no había casi ni un navío, ni un sabio, ni un político.

La Casa de Borbón.
En el año 1700, estalló la guerra de Sucesión, al disputarse el trono el archiduque Carlos, de la Casa de Austria y Felipe de Anjou, nieto de Luis XIV de Francia. Después de un período de luchas internas se estableció la Casa de Borbón con Felipe de Anjou, que subió al trono con el nombre de Felipe V.
Los Borbones introdujeron en España el “Despotismo Ilustrado”, es decir, “todo para el pueblo, pero sin el pueblo”, basado en la administración centralizada y una hacienda que distribuía los bienes del erario público, con un sistema fiscal directo que mantenía los privilegios de la nobleza, afirmados en las “Regalías”.

. Felipe V mejoró la administración y la hacienda pública.

. Fernando VI se auxilió de su ministro el marqués de la Ensenada; fomentó la cultura y los intereses materiales del país.
. Carlos III fomentó la enseñanza, agricultura, ciencias y artes, se preocupó especialmente de Madrid, lo que le valió el apelativo de “mejor alcalde de Madrid”, su parte oscura fue el “motín de Esquilache”.
. Carlos IV fue un hombre de buenas intenciones pero carecía de las condiciones necesarias para gobernar, y lo hizo a través de Godoy, favorito de la reina, con resultados nefastos para España. El problema de su sucesión y las desavenencias con su hijo Fernando VII motivaron el arbitraje de Napoleón Bonaparte y la invasión francesa. En 1.812, el pueblo español se organizó a través de Juntas y se elaboró la Constitución de Cádiz.
. Fernando VII. Su reinado lo constituyen una serie de ingratitudes y torpezas que contribuyeron a empobrecer el país y detener su progreso. Con él se radicalizó el absolutismo. Abolió la ley sálica que permitió la subida al trono a su hija Isabel II, con lo cual se planteó el problema carlista que motivó tres guerras.
. Isabel II. Durante su reinado, los pronunciamientos y luchas políticas agitaron constantemente la vida de la nación y, viendo a todo el país levantado contra ella, abandonó España y se instaló en París. A pesar de todo, sí se realizaron avances culturales y materiales.
. En 1.868, las Cortes constituyentes proclamaron rey a Amadeo I de Saboya, que abdicó y las Cortes proclamaron la República en 1.873, abriéndose otro paréntesis monárquico hasta la proclamación de Alfonso XII.
. Alfonso XII. Fue proclamado rey en 1.874 en el golpe de Estado del general Martínez Campos. Su reinado fue de paz, dedicado por entero al bien y prosperidad de España. Padecía una enfermedad maligna que acabó prematuramente con su vida a los veintiocho años de edad. Le sucedió su hijo póstumo Alfonso XIII, con la regencia de su madre María Cristina hasta su mayoría de edad en 1.902.
. Alfonso XIII. En 1.899 se firmó el Tratado de París, por el cual la isla de Puerto Rico y las Filipinas pasaron a ser propiedad de EE.UU. Cuba conseguía la independencia, y con ello concluía el poder colonial de España.
. En 1.909 ocurrió en Cataluña el movimiento revolucionario, conocido como la “semana sangrienta”.
. En 1.923 el general Primo de Rivera dio un golpe de Estado, encargándose del gobierno con una dictadura militar. A los dos años la convirtió en civil y gobernó hasta 1.930, que perdió la confianza de Alfonso XIII y de gran parte de los militares y tuvo que dimitir.
. Seguidamente, se inició un período de agitación social y política que desembocó en el abandono de Alfonso XIII con la proclamación de la Segunda República.
. Segunda República. Después de la celebración de elecciones municipales, fue proclamada la República el día 14 de abril de 1931. El primer gobierno republicano estuvo presidido por don Niceto Alcalá Zamora. El rey Alfonso XII, en el exilio, fijó su residencia en Roma donde murió en 1941.
. En 1.936, un sinfín de circunstancias políticas, económicas, sociales y militares, desencadenaron la guerra civil que duró tres años.
. El resto, ya es historia reciente y tema para otro libro.



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sábado, 17 de enero de 2009

EFEMERIDES MATRITENSES 852 - 1992


LIBRO SOBRE LA HISTORIA DE MADRID







CARACTERISTICAS DEL LIBRO:
Editado por Editorial El Avapies, Madrid, en 1.992.
Número de páginas: 300
Tamaño: 21,5 cm. de alto por 15 cm. de ancho.
I.S.B.N. 84-86280-59-1 / Depósito legal: 11.824-1992.



ACLARATORIA:
Este libro contiene 571 reseñas históricas y descriptivas de mayor o menor amplitud, de las cuales haré una mención en este blog. De algunas de ellas incluiré la reseña completa al pié de la letra, tal y como figuran en el libro; de otras daré algún detalle y del resto indicaré solo el título y el año correspondiente.




ILUSTRACIÓN DE LA CUBIERTA:
Oleo de Manuel Castellano titulado Muerte del Conde de Villamediana, propiedad del Museo del Prado, cedido por el Museo Municipal de Madrid.
Representa el momento en que el cuerpo herido de muerte del conde de Villamediana es despedido en el portal del palacio de Oñate, ” donde concurrió toda la Corte a ver la herida”. Un médico le atiende, y un sacerdote que porta el viático y un monaguillo se aproximan para contemplarle al igual que un numeroso grupo de curiosos. Al fondo se ve el comienzo de la calle Mayor y el desaparecido templo de San Felipe el Real, cuyas gradas, repletas de gente, eran conocidas como el “Mentidero de la Villa”.
Don Juan de Tassis y Peralta, con de Villamediana es uno de los personajes más legendarios de la corte madrileña de los Austrias.


CONTRACUBIERTA- texto:
EFEMERIDES MATRITENSES es un libro que pretende ser fiel a su propio nombre, y es por ello que recoge, cronológicamente, los hechos históricos, sucesos y acontecimientos más notables a través de los tiempos, desde que un día, el emir Mohamed I, allá en el año 852 de nuestra era, decidiera fortificar las rutas de acceso a la imperial Toledo, por la sierra del Guadarrama, y pusiera sus ojos en el cerro sobre el río Manzanares protegido por dos barrancos (hoy calles de Segovia y Cuesta de San Vicente), para edificar en él el primer embrión del Madrid que conocemos.
Pero la vida de un pueblo se compone también de otros ingredientes fundamentales como son: su literatura, sus artes y humanidades…y, sobre todo, su cultura tradicional, o saber del pueblo, transmitido de padres a hijos durante generaciones y que lo convierten, por tanto, en su esencia vital y su signo de identidad más genuino.
EFEMERIDES MATRITENTES es en suma un recorrido, ilustrado en ocasiones con dibujos alusivos, por sus personajes más ilustres y populares, monumentos antiguos y modernos, tradiciones, hechos y dichos, que configuran el impulso de esta villa, convergencia de culturas, y que por méritos propios ha llegado a ser escenario y punto de referencia de la modernidad latente.



DEDICATORIA:







A MODO DE PRESENTACION.

De Madrid se ha dicho ya todo. Bueno, digamos, casi todo. Por lo tanto sería yo ingenuo si pretendiera decirles que en este libro digo muchas cosas inéditas. No, no es esta ni mi intención ni mi objetivo.
Sin embargo, si quiero decirles que es un libro diferente.
Es un libro hecho pensando en Vd. En Vd. que quiere saber cosas de Madrid sin entrar en conocimientos profundos y exhaustivos, con complicaciones de datos, fechas, detalles… pero sí yendo un poco más allá, bastante más allá de los datos que proporcionan las ya muchas guías para turistas.
Con Efemérides matritenses he intentado tratar el mayor número de temas que me ha sido posible y lo suficientemente desarrollados como para poder sacar una idea general de la trama madrileña y de sus señas de identidad.
Está vertebrado por orden cronológico, salvo excepciones, atendiendo a la fecha que puede ser más interesante o significativa para cada tema en particular.
Se incluyen también algunos dibujos para que resulte más ameno y agradable el “recorrido”.
He pretendido, en suma, reflejar la evolución y el desarrollo de Madrid, que antes que Corte fue Villa, antes que Villa fue Pueblo y que nunca fue Ciudad.


INTRODUCCION.


La permanente atención que sobre Madrid se ha tenido siempre y desde muy distintas ópticas, intereses y aun de intenciones, ha llevado a los observadores de aquí y de allá a conclusiones muy diversas, variopintas y hasta chocantes sobre el tejido social, cultural y urbano.
Es cierto que Madrid puede resultar desagradable para unos, pero también es motivo de orgullo para muchos otros.
Interpretaciones aparte, en lo que sí podemos estar todos de acuerdo es que Madrid, por sus personajes, por su talante, por sus monumentos…es diferente.
Que Madrid, solo es Madrid, y de Madrid al cielo.
Frase que pronunciara un madrileño de casta, Ruy González de Clavijo, allá en el comienzo del siglo XV, al regreso de su viaje como embajador del rey de Castilla Enrique III, ante el gran Tamerlán en Samarcanda.
De Madrid al cielo. Loa llena de significación y lirismo, tantas veces repetida. Incluida también en una bella estrofa dedicada a Madrid por Luis Quiñones de Benavente, un toledano nacido en 1.589:

“Pues en invierno y verano
en Madrid sólo son buenos
desde la cuna a Madrid
y desde Madrid al Cielo”.

A bellas páginas literarias, alegorías pictóricas, obras de teatro y género “chico”, estampas populares, etc., etc., hay que añadir muchas también de sus detractores.
La vida de Madrid, su historia de cada día, se sucede entre sueños, mitos y elogios, luchas también, intrigas y desprecios.
Dicen las crónicas que es difícil ser indiferente en Madrid. Ciudad apasionada y sensitiva. Capital de la hospitalidad a espuertas; y es que Madrid se hizo desde siempre merecedor de la atracción de toda clase de gentes venidas de fuera, y que una vez aquí, decidieron no marcharse nunca.
Quizás algunos de los primeros enamorados de este Madrid, bajo su cielo claro y embrujador, tantas veces exaltado por pintores y poetas fueran aquellos árabes del siglo IX, que le denominaban “Pueblo del sol”.
El territorio madrileño ha tenido siempre una importancia relevante histórico-geográfica para atravesar la cordillera Central, ya que una de las rutas más importantes de España cruza por el puerto de Somosierra.
Está situado en el centro teórico de la península a 650,7 m. sobre el nivel del mar; a orillas del Manzanares, que es afluente del Jarama y éste a su vez lo es del Tajo.
Fue ocupado por una pequeña población visigótica primero, musulmana después y más tarde castellana.
Su población actual se fundamenta mayoritariamente en el movimiento inmigratorio desde el siglo XVI, sobre todo del procedente de las provincias limítrofes en las últimas décadas.
Pero esto no significa que Madrid no posea una identidad definida como pueblo; más bien al contrario, es rico en sus fiestas, costumbres y tradiciones que definen su cultura tradicional propia.

Si bien la historia de Madrid es pobre en acontecimientos importantes hasta el siglo IX, hacemos un recorrido histórico, como introducción, desde los primeros tiempos de España para interpretar mejor los acontecimientos posteriores que de alguna manera repercutieron en los hechos particulares del pueblo de Madrid, sobre todo a partir del año 1.561 en que Felipe II le hiciera corte; época en la que cobra un protagonismo inusitado en el que el pueblo llano se ve involucrado, a veces, en contra de su propia voluntad, y sufriendo unas consecuencias adicionales como capital del Reino.

La historia de España se divide en cuatro etapas importantes: historia de la Edad Antigua, que comprende desde los tiempos más remotos hasta la invasión de los bárbaros del norte en el año 409. La Edad Media, que incluye hasta los Reyes Católicos, año 1.479. Historia Moderna hasta la guerra de la Independencia. Y la Contemporánea.

En el año 718, siete años después de la invasión árabe en el 711, se inició la Reconquista de la mano de don Pelayo y se creó el Reino de Asturias.
Al mismo tiempo Vasconia pone los cimientos del Reino de Navarra y Cataluña el Condado de Barcelona.
El Reino de León se establece como consecuencia de la expansión del Reino de Asturias que traslada su corte a León para que la capital del reino estuviera en el centro de sus dominios.
El Condado de Castilla surge de la mano de Fernán González que rompe sus vínculos con el Reino de León y crea el Condado de Castilla independiente, en el año 950.
En el año 1.037 se produjo la unión de Castilla y León, con el matrimonio de Fernando I con doña Sancha, separándose de nuevo a la muerte del rey, que repartió el reino entre sus hijos, en 1.065. En el año 1.072, Alfonso VI, el Bravo, lo reunificó hasta su nueva división en 1.157 que Alfonso VII, a su muerte, lo repartió también entre sus descendientes.
En 1230, Fernando III el Santo, efectuó la unión definitiva.


Reyes y gobiernos sucesivos:

Alfonso X, el Sabio (1252-1284). Sancho IV, el Bravo (1284-1295). Alfonso XI (1312-1350). Pedro I, el Cruel (1350-1368). Enrique II, el Bastardo (1369-1379). Juan I (1379-1390). Enrique III, el Doliente (1390-1406). Juan II (1406-1454). Enrique IV, el Impotente (1455-1474). Isabel y Fernando, los Reyes Católicos (1.475-1504). Juana la Loca y regencia del cardenal Cisneros (1504-1516). Carlos I (1516-1556). Felipe II (1556-1598). Felipe III (1598-1621). Felipe IV (1621-1665). Carlos II (1665-1700). Felipe V (1700-1724-1746). Luis I (1724-1724). Fernando VI (1746-1759). Carlos III (1759-1788). Carlos IV (1788-1808). José I, Bonaparte (1808-1808). Fernando VII (1808-1833). Isabel II (1833-1868). Amadeo I de Saboya (1870-1873). Primera República (1873-1874). Alfonso XII ( 1874-1885). Alfonso XIII (1885-1931). Segunda República (1931-1936). Guerra civil (1936-1939). Dictadura de Franco (1939-1975). Juan Carlos I.



... sigue

lunes, 12 de enero de 2009

VOZ Y PAISAJE



LIBRO DE POEMAS


Quisiera poner en mis versos
las frases más bellas del mundo.
Cantar al alma de las cosas,
decirte mi sentir profundo.





PROLOGADO por don Regino Mateo del Peral, escritor-historiador:


“Es una satisfacción aceptar la invitación de un entrañable amigo, Emilio Jorrín, en el que concurre la doble condición artística de poeta y pintor, para prologar este nuevo libro de poemas.
El éxito alcanzado con su primer libro, ha estimulado a Emilio para seguir en esta difícil, pero entusiasta tarea, de que siga cultivando este género literario de la poesía, de lo que todos nos congratulamos, deseándole en esta andadura los mejores logros en este complejo camino de la perfección poética.

En este libro, el poeta refleja una gran sensibilidad, a través de sus primeros poemas de amor, agrupados bajo la denominación: “Déjame que te diga”:



Déjame que te diga
-fragmento-


I.
Déjame que te diga
con mi verso liso y llano
que te quiero en tono callado
y me siento feliz a tu vera.

Sonrío pleno en tu sonrisa
y se ahoga en ella mi pena.

Estoy tan colmado contigo
que la emoción se me despliega.

II.

Tan solo con mirarte gozo,
si toco tus manos me embeleso,
caigo en el delirio si te abrazo,
es la locura si te beso.

III

Por tu mirada daría mi gozo,
por un suspiro mi embeleso.

Mi delirio por una abrazo,
¿qué te daría por un beso?.
Por un beso te daría…
El universo.

IV

Yo vibro en tu mirada,
en tus labios y en tu piel.

Me deleito con tus besos
tus encantos y tu miel.

He soñado con el cielo
y contigo estoy en él.

V

Tus lágrimas son perlas
que tus ojos dan,
pero yo no quiero joyas
si tienes que llorar.




seguido de otros a los que titula: “Con nombre propio”, en los que rinde homenaje y resalta el efecto y el cariño por determinados personajes campurrianos, porque Campoo es, como en su primer libro de poemas, lugar obligado de referencia y el que preside e inspira gran parte de este poemario.
Su ética, escepticismo, admiración por la naturaleza, así como la nostalgia del pasado, constituyen, a mi juicio, el núcleo esencial de la segunda parte, denominada genéricamente en varios apartados bajo los epígrafes:
“En voz natural”; “Otras voces”; “Ecos de ayer”; y “Versos inconcretos”.



En voz natural


Cantos breves a Campoo
-fragmento-


I.
Está mi ánimo que se goza
por decirte con placer:
cumbre alta,
valle fértil,
prado y res.

Bosque y braña,
haya y roble,
brezo y sel.

Nieve fácil,
fruta y huerto,
leche y mies.

Está mi ánimo que se goza
por llamarte a ti:
VERGEL.

II.
Árboles, prados y montes,
hermosuras perennes que te abrazan,
te ponen perfumes y te ensalzan
tus perfiles y horizontes.

Lluvias y nieves te amamantan
y te cantan ruiseñores.

Lunas y soles te iluminan
y te pintan de colores.



III.
Tierra de acebo y niebla,
yo me ufano por quererte.

La nieve te lava la cara,
TresMares vigila tu suerte.

Tierra dura en el arado,
generosa si te entienden.

Aunque fría para vivirte,
tus amores son ardientes.




estos versos denotan una fuerza expresiva comparable a los empleados por Emilio en su pintura vitalista, y en los que canta y pone de manifiesto las virtudes de un paisaje que recuerda con melancolía. Su niñez y adolescencia forman parte esencial de esa añoranza, en la que el paisaje cántabro e instrumentos de la tierra ocupan un lugar destacado en la expresión poética de Emilio Jorrín. Podemos citar entre otros, poemas como:
“Peña Cabarga”; “Reinosa”; “La fuentona de Ruente”; “Rabel”; “Albarcas”; “Botijo”; “Un día de otoño”; “Río Hijar”; “ Nuestro tiempo”; “Perder ; “Bicicleta de ayer”. etc.



Ecos de ayer


Bicicleta
Trasto de copete
fuiste un día
en época no lejana.


Hoy juguete.

Relegada en un rincón
sucia y triste.

Vehículo deseado
por una generación,
la mía,
de alpargata y chocolate,
que hoy por el coche se bate
sumida en fantasía.

Mi fiel compañera
fuiste un día:
De escuela primero,
también obrera.

Bici sobria y abnegada,
ni viento recio,
ni lluvia impía,
te doblegaban.
Sólo la nieve
te agarrotaba.

¡Ay bicicleta mía!.
potra de bella estampa,
cuántos trotes echáras!.

En tus lomos de acero
cabalgué por los caminos
lleno de alegría, juventud y ganas.

¡Ruedas de plata tuviste
para mis sueños del alma!.





Otras voces

Perder

¡Hay que ver,
lo que hay que ver,
en este mundo tan incierto!.

Lo que ayer fuera placer,
por capricho del destino,
hoy se torna padecer.

Tuve yo un amigo fiel
ejerciendo la amistad
y, por capricho del destino,
donde ayer hubo lealtad,
hoy competencia cruel.

¡Qué pedregoso es nuestro camino!.
Es tropezón y retuerto.
Incluso a experto peregrino
le es muy fácil caer.

Es por ello menester,
cosa difícil por cierto,
estar dispuesto a perder.




Ya lo haré mañana

Pasan los días y pasan
y hay hombres que no trabajan,
y se disculpan de su pereza,
diciendo con ligereza:
¡Ya lo haré mañana!.

El ayer se fue y ya no es nada.
El mañana de ayer es hoy
día de realizar cordada,
pero el hombre perezoso
tiene a punto su coartada:
¡Ya lo haré mañana!.

Pasan los días y pasan
y el hombre se hace viejo,
cría arrugas su pellejo
y se le va marchitando el alma,
pero él repite con calma:
¡Ya lo haré mañana!.

Su mañana nunca llega
y se va con las palabras.




Este libro alcanza un camino de mayor madurez poética, en el que la espontaneidad y sencillez de sus versos son dignos de resaltar, así como su variedad y profundidad. Su métrica sencilla y asequible introduce fácilmente al lector en la comprensión y significado de sus poemas, incluso para los no iniciados en la poesía.
El mérito de Emilio es, pues, haber sabido hacer llegar a todos los lectores con su lenguaje inteligible y ágil, a la vez que romántico y sensible, el contenido de su pensamiento poético, transmitiendo sus inquietudes interiores y la fuerza de sus sentimientos a través de sus poemas.
Quisiera resaltar el mérito que supone que el autor del libro haya ilustrado él mismo con dibujos que enriquecen su contenido y donde se ponen de manifiesto las cualidades pictóricas del autor”.










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miércoles, 7 de enero de 2009

ALEGORIA DEL VIENTO

LIBRO DE POEMAS escrito en Madrid soñando con Cantabria.

Mi ilusión de hizo viento
y remontó dificultades







PROLOGADO por don Carlos González Echegaray, director general de la Hemeroteca Nacional Madrid:

"Siempre es difícil cometido el prologar un libro de versos y más cuando el autor es nuevo en el campo de la poesía; y si además es artista en otra actividad, el peligro es mayor, porque no es fácil que los resultados de su nueva experiencia superen a los laureles que tiene ya conseguidos en otra rama del arte. Así le ocurre a Emilio Jorrín, pintor que ha reflejado con sensibilidad y técnica los paisajes de su Campoo natal y de otras regiones de Cantabria y de España a lo largo del medio centenar de exposiciones que lleva ya realizadas.
Pero ahora su inquietud le ha llevado a expresar sus sentimientos más sinceros por medio de la poesía y a pesar de las dificultades con que ha tropezado ha seguido adelante hasta conseguir notables mejoras en el dominio de la técnica, que al principio desconocía. El hecho de que sus poemas de este libro no sigan un orden cronológico, sino temático, hace que esta evolución no pueda ser detectada fácilmente. Como le ocurre a todo poeta que lucha con la forma, quizá los poemas más logrados aquí han sido los que fueron escritos prescindiendo de la tiranía de la rima, la medida y el acento. Así, en verso libre, resulta muy logrado el sencillo poema “Huerta de Salces”


Huerta de Salces … que es mi huerta

Huerta de Salces,
Huerta.
Campo que hueles a sauces vivos
que crecen en la ribera de tu río,
que tus entrañas moja.

Huerta de Salces,
Huerta.
En tu regazo se despierta
mi serenidad perdida.

Vida de agostos llenos de quimera,
gozados en tu tranquilidad serena.
Cuna que mimas el sueño
de las dulces siestas dormidas
arrulladas por el viento.

¡Cuánto silencio y susurro
por el canto de las hojas
de tus chopos erguidos
que se acercan al cielo
y mis sueños llevan!.

¡¡Cuántos amores vividos
al refugio de tus sombras!!.

Huerta de Salces,
Huerta.

A los pies de la Guariza posas,
jardín de árboles frondosos
y nodriza
de mil descansos resueltos
con emoción crecida.

y en el mismo estilo, alcanza el libro su mejor nivel poético en “Aúreo rincón”
Fuente de vientos olorosos...
Aureo rincon

Aureo rincón de mi casa,
manantial mágico de sabia
del árbol de mi universo.

Mar algodonado de amanecer naranja,
festín del músculo cansado
y navegar del alma.

A solas con tu silencio
mi tranquilidad descansa.

Fuente de vientos olorosos.
Céfiro de sueños estelares.
Escenario.
Arcoiris de emociones
de argumentos singulares.
Campanario.

Aureo rincón de mi casa.
Océano de atalayas bicolores.
Campo de amapolas.
Promontorio.
Lago de cristal con caracolas.

Aleluya de corales
en luna de castillo y plata.
A solas con tu silencio
mi universo se dilata.



o en “Torre de Madrid”, cuajado de audaces metáforas.

Heliotropo de lucero y viento
Torre de Madrid. Sede puntal de la Casa de Cantabria.


Torre de cemento en gris latente,
reverso de eucalipto que busca el sol.
Contemplas el vuelo del vencejo
mirando al cielo en vertical.

Prisma plural de aire fresco.
Mirador sobre tejas y horizontes
en convergencias de senda y sueños.
Altura escultural, latido nuestro.
Lugar de encuentro y amaneceres.

Geometría de calor y anhelos.
Emisora de ilusiones y esperanza.
Faro de luz entre nostalgias.
Tarro de esencias del sentimiento.

Heliotropo de viento y de lucero
en fuga de roderas trazadas
sobre el asfalto incierto.

Torre de marfil, monolito esbelto.
Estela de alegrías, incubadora
de azules y verdes nuevos.
Cerca de las estrellas y del alba
camino del firmamento.




Frente a esta libertad, los varios sonetos de la colección, un tanto heterodoxos en la forma, revelan un difícil trabajo de adaptación a las tiránicas exigencias de la rima. Sin embargo, los hay de perfecta estructura formal y de contenido, como el “Duende de Campoo” y dentro de una zona más lírica el titulado “Piedra dura”.


Viento de cumbres duras…

El duende de Campoo.

De Campoo, con sabias puras,
preclara voz del catastro.
Culto seguidor del rastro
de pulsos y de andaduras.

Viento de las cumbres duras,
laderas de piedra y castro.
Bebiendo paz en el astro
directo allá en las alturas.

Docto en Campoo de Arriba,
y duende de sus rincones
donde abreva tu cultura.

Río de nieves que se aviva
con las blancas narraciones
que embellecen tu escritura.



A los vientos repetía…

Piedra dura.

Cerraste con piedra dura
el muro de tu castillo.
No dejaste ni un portillo
en toda su arquitectura.

Fue difícil la abertura
de una entrada en el altillo.
Pero a golpe de martillo
culminé con la aventura.

Puse en ello la razón
porque tú no te creías
que mi tono era sincero.

Cuando lleno el corazón
a los vientos repetía
lo mucho que te quiero.


La nota fuerte de esta poesía de un artista de los pinceles -mejor dicho de la espátula, que es su único instrumento en la pintura- es precisamente y como lógica consecuencia de su vocación primaria, el vivo sentimiento de la naturaleza reflejado en el poema “Escapada” donde alienta su rechazo a la vida prosaica y gris de la ciudad.


Con viento de sensatez

Escapada.

Si me escapo alguna vez
con viento de sensatez
de esta ciudad huraña,
que me atrapa en su maraña,
no me busquéis entre gente,
ni miréis por consiguiente,
por dominios del asfalto.

Pasareis también por alto
rebuscar en capital
y peinados de arrabal.

No me busquéis en las playas,
ni avenidas, ni atalayas.

Para ver mi paradero
presto tomad el sendero
que se eleva en la montaña,
y subiendo por la braña,
hallareis sin más problema
la silueta y el emblema
del edén de mi cabaña
.


Otras veces, el sentimiento del dolor y del placer tiene honda expresión en poemas como “Evidencias”.


Vientos que son…

Evidencias.
Hay en la vida momentos,
evidencias que hacen ver,
que es efímero el placer
y que es amplio el sufrimiento.

Amistad, cariño, amor,
cúspides del sentimiento.
Vientos que son de dolor
si no te soplan a tiempo.

Gotas sin son que se pierden
en el océano inmenso.
Las gotas son el placer
el mar son los sufrimientos.

Poder, dinero y honor,
vértices del pensamiento.
Vientos que son de dolor
si no te soplan a tiempo.

Luceros sin luz que se pierden
por el firmamento.
Los luceros son el placer
el cosmos los sufrimientos.



Un sereno y profundo amor que no se limita a la persona amada, sino que se expande hasta las cosas que a ella la rodean, como suena con íntimos ecos amorosos en “A tu vera”.


Oigo cantar al viento…

A tu vera.

Estoy feliz a tu vera.
Veo azul el firmamento
y reluce más el sol.

Río de emoción contento.
Oigo cantar al viento
y reluce tu esplendor.

Siempre me siento contigo
como rueda de molino,
que con dócil movimiento
saca harina del trigo
animado por el viento.

Como piedra de cantera
que por arte de escultor
es ahora monumento.

Como jorge en la chopera,
como barco en alta mar,
como abeja en el panal,
y carreta en carretera.

Como el humo de la hoguera
en su ascenso vertical,
cántaro que va a la fuente,
pez que nada en la corriente,
gallo firme en el corral.

Como esteba del arado,
codorniz en la pradera
que canta su libertad.
Cual campana en campanario
que está tañendo a diario
su sonido de amistad.
Como el aire transparente
ondeando la bandera
pregonando la igualdad.
Cual potrillo por la braña,
cual mastín en la cabaña
creando seguridad.

Esto siento yo a tu vera.
Esto siento y mucho más.



La sencillez de esta poesía contrasta ventajosamente con otra más literaria “Juntos tú y yo” versificada en una especie de “cuaderna vía”.

Con las velas al viento…

Juntos tú y yo
Juntos tú y yo, con las velas al viento,
vamos bogando sobre el mar contentos.
Entrelazados: alma, corazón y pensamiento,
soportando huracanes, zozobras y aturdimiento.

Firmes en el rumbo, aun con mar violento,
asidos al timón avanzamos sin lamento.
Unidos: esfuerzos, cariño y sentimiento,
compartidos placeres y abatimiento.

Juntos tú y yo, con las velas al viento,
vamos volando a nuestro vuelo atentos.
Tomando aire y renovando aliento,
remontamos collados y sufrimiento.

Firmes en el rumbo, aun con viento lento,
compartimos estrellas y firmamento.
Soñando despiertos en cualquier momento.
Juntos tú yo, con nuestro amor en aumento.



Hay momentos en que la poesía de Jorrín tiene resonancias populares, como en “Valle de Campoo”, donde se siente el eco de las coplas de ciego, de los pregones o de los romances en que se elogian encantos de una aldea frente a su vecina y rival.


Hombres forjados al viento…

Valle de Campoo

Hombres forjados al viento.
Mujeres curtidas al aire.
Le dan a Campoo el aliento,
le dan a Campoo el donaire.

Campoo, campo abierto
eres amplio y ambicioso,
eres campo descubierto,
en paisajes caprichoso.

Eres techo en las alturas,
a tres mares van tus fuentes,
generoso en tus anchuras,
y tus aires transparentes.

Longos son tus inviernos,
breves son tus veranos.
Suaves son tus senderos
ruta de foramontanos.

Es tierra de mozos nobles,
de historias y sus anjanas.
Crecen cagigos y robles,
buenas mozas y galanas.

De costumbres ancestrales,
Campoo anda sobrado.
Antruido para chavales,
las Marzas, lo más sonado.

Forastero que moza lleva
y no paga la “prendada”
ése en su boda no queda
sin su buena cencerrada.

Tiene iglesias con cigüeñas,
arboledas y argumales.
Tiene florestas risueñas,
tiene verdes pastizales.

En Palombera saltan ciervos,
hay potros de pelo ruano,
tudancas de buenos cuernos.
Cueva tienes en Suano.

Argüeso marquesado antaño
con castillo de maravilla.
Regia la torre de Proaño,
Paracuelles y Espinilla.

En Fontibre nace el Ebro,
Fuente libre, Fontibero.
Sus aguas mojan Iberia,
A Salces besan primero.

Abiada la bien situada
a la vera del nogal,
que es de La Hoz entraña
monumento regional.

Mazandrero es la atalaya,
en Celada Calderones.
La Guariza pone el haya
el Hijar los rabiones.

En Mezud Villacantid
placentera y heráldica,
que se siente muy feliz
con su iglesia románica.

Entrambasaguas y La Lomba
son mellizas en el Henar,
última parada y fonda
para subir a esquiar.

Izara tiene una peña,
Soto tiene un pinar.
Serna la más pequeña
con Ormas y con Villar.

La Miña a Camino lleva,
La Población, más lejana,
con Barrio y con Naveda,
Campoo completo queda.

Pueblos con garra y pulso
de un “no se qué” disponen.
Hermandad de Campoo de Suso
veinticuatro la componen.



No podemos pasar por alto al considerar este libro de poemas los extraordinarios dibujos a pluma que con indiscutible acierto ornamentan sus páginas. Es un estilo sencillo, esquemático, cargado de lirismo y de suave melancolía, como corresponde a un pintor-poeta que, aunque otea a la meseta castellana desde la atalaya de Campoo, no deja de tener puestos los pies en la roca gris, bajo las nieblas de la cordillera cantábrica".



viernes, 2 de enero de 2009

LOS LIBROS de EMILIO JORRIN



A MODO DE ACLARATORIA:

He leído yo en alguna parte que para entender del todo un libro, hay que conocer a su autor y si es posible ser su amigo.
He leído también que para escribir un libro hay que saber utilizar bien la sintaxis, esa parte de la gramática que nos enseña a coordinar y unir las palabras para formar bien las oraciones y expresar los conceptos.
De igual modo, parece que es necesario emplear cierta técnica que incluya el procedimiento, el plan de la obra y las martingalas del estilo.
No sé lo que tú pensarás de todo esto.
Yo por mi parte quiero decir que cuento con lo espontáneo, con lo sencillo y con lo sincero, y sobre todo, con el rigor de los datos:


Libros editados:
. Alegoría del Viento. Gráficas Seneca. Madrid 1985.
. Voz y Paisaje. Tierra de Fuego. Madrid 1.989.
. Efemérides Matritenses. Editorial El Avapies. Madrid 1.992.
. Huellas de Cantabria en Madrid. Editorial El Avapies. Madrid 1.993.
. Evidencias Campurrianas. Ayuntamiento de Reinosa. 1.996.
. Rasgos de Campoo-La Matanza. Editorial Cantabria Tradicional. 1.999.
. La Cuna del Ebro. Editorial Cantabria Tradicional. 2.002.
. Campoo: Vocabulario y Toponimia. Editorial Cantabria Tradicional. 2.003.












Escritos en colaboración:
. Estructura, Tecnología y Tratamiento de la Información-Facultad Ciencias de la Información. 2.002.
. El Fuero de Madrid de 1.202, Instituto de Estudios Madrileños. 2.002
. El Parque de El Retiro (Madrid), Instituto de Estudios Madrileños.





Prologados:
. Madrid Milagro. De José María Ríus Galindo. 1.997.
. Catálogo General de la Federación de Grupos Tradicionales Madrileños. Centro de Estudios y Actividades Culturales de la Comunidad de Madrid. 1.998





Ilustrados:
. Relatos de la desesperanza. De Carlos Arnanz Ruiz. 1.989.
. Portada del libro “Los españoles ante los telediarios”. De Pedro Orive Riva. 1.988.






Libros sin editar:
. LATINA, un distrito madrileño.
. Historia de la gastronomía en Campoo.
. MADRID en la cultura tradicional española.
. Por la senda del recuerdo.
. Ser Mayor.