lunes, 12 de enero de 2009

VOZ Y PAISAJE



LIBRO DE POEMAS


Quisiera poner en mis versos
las frases más bellas del mundo.
Cantar al alma de las cosas,
decirte mi sentir profundo.





PROLOGADO por don Regino Mateo del Peral, escritor-historiador:


“Es una satisfacción aceptar la invitación de un entrañable amigo, Emilio Jorrín, en el que concurre la doble condición artística de poeta y pintor, para prologar este nuevo libro de poemas.
El éxito alcanzado con su primer libro, ha estimulado a Emilio para seguir en esta difícil, pero entusiasta tarea, de que siga cultivando este género literario de la poesía, de lo que todos nos congratulamos, deseándole en esta andadura los mejores logros en este complejo camino de la perfección poética.

En este libro, el poeta refleja una gran sensibilidad, a través de sus primeros poemas de amor, agrupados bajo la denominación: “Déjame que te diga”:



Déjame que te diga
-fragmento-


I.
Déjame que te diga
con mi verso liso y llano
que te quiero en tono callado
y me siento feliz a tu vera.

Sonrío pleno en tu sonrisa
y se ahoga en ella mi pena.

Estoy tan colmado contigo
que la emoción se me despliega.

II.

Tan solo con mirarte gozo,
si toco tus manos me embeleso,
caigo en el delirio si te abrazo,
es la locura si te beso.

III

Por tu mirada daría mi gozo,
por un suspiro mi embeleso.

Mi delirio por una abrazo,
¿qué te daría por un beso?.
Por un beso te daría…
El universo.

IV

Yo vibro en tu mirada,
en tus labios y en tu piel.

Me deleito con tus besos
tus encantos y tu miel.

He soñado con el cielo
y contigo estoy en él.

V

Tus lágrimas son perlas
que tus ojos dan,
pero yo no quiero joyas
si tienes que llorar.




seguido de otros a los que titula: “Con nombre propio”, en los que rinde homenaje y resalta el efecto y el cariño por determinados personajes campurrianos, porque Campoo es, como en su primer libro de poemas, lugar obligado de referencia y el que preside e inspira gran parte de este poemario.
Su ética, escepticismo, admiración por la naturaleza, así como la nostalgia del pasado, constituyen, a mi juicio, el núcleo esencial de la segunda parte, denominada genéricamente en varios apartados bajo los epígrafes:
“En voz natural”; “Otras voces”; “Ecos de ayer”; y “Versos inconcretos”.



En voz natural


Cantos breves a Campoo
-fragmento-


I.
Está mi ánimo que se goza
por decirte con placer:
cumbre alta,
valle fértil,
prado y res.

Bosque y braña,
haya y roble,
brezo y sel.

Nieve fácil,
fruta y huerto,
leche y mies.

Está mi ánimo que se goza
por llamarte a ti:
VERGEL.

II.
Árboles, prados y montes,
hermosuras perennes que te abrazan,
te ponen perfumes y te ensalzan
tus perfiles y horizontes.

Lluvias y nieves te amamantan
y te cantan ruiseñores.

Lunas y soles te iluminan
y te pintan de colores.



III.
Tierra de acebo y niebla,
yo me ufano por quererte.

La nieve te lava la cara,
TresMares vigila tu suerte.

Tierra dura en el arado,
generosa si te entienden.

Aunque fría para vivirte,
tus amores son ardientes.




estos versos denotan una fuerza expresiva comparable a los empleados por Emilio en su pintura vitalista, y en los que canta y pone de manifiesto las virtudes de un paisaje que recuerda con melancolía. Su niñez y adolescencia forman parte esencial de esa añoranza, en la que el paisaje cántabro e instrumentos de la tierra ocupan un lugar destacado en la expresión poética de Emilio Jorrín. Podemos citar entre otros, poemas como:
“Peña Cabarga”; “Reinosa”; “La fuentona de Ruente”; “Rabel”; “Albarcas”; “Botijo”; “Un día de otoño”; “Río Hijar”; “ Nuestro tiempo”; “Perder ; “Bicicleta de ayer”. etc.



Ecos de ayer


Bicicleta
Trasto de copete
fuiste un día
en época no lejana.


Hoy juguete.

Relegada en un rincón
sucia y triste.

Vehículo deseado
por una generación,
la mía,
de alpargata y chocolate,
que hoy por el coche se bate
sumida en fantasía.

Mi fiel compañera
fuiste un día:
De escuela primero,
también obrera.

Bici sobria y abnegada,
ni viento recio,
ni lluvia impía,
te doblegaban.
Sólo la nieve
te agarrotaba.

¡Ay bicicleta mía!.
potra de bella estampa,
cuántos trotes echáras!.

En tus lomos de acero
cabalgué por los caminos
lleno de alegría, juventud y ganas.

¡Ruedas de plata tuviste
para mis sueños del alma!.





Otras voces

Perder

¡Hay que ver,
lo que hay que ver,
en este mundo tan incierto!.

Lo que ayer fuera placer,
por capricho del destino,
hoy se torna padecer.

Tuve yo un amigo fiel
ejerciendo la amistad
y, por capricho del destino,
donde ayer hubo lealtad,
hoy competencia cruel.

¡Qué pedregoso es nuestro camino!.
Es tropezón y retuerto.
Incluso a experto peregrino
le es muy fácil caer.

Es por ello menester,
cosa difícil por cierto,
estar dispuesto a perder.




Ya lo haré mañana

Pasan los días y pasan
y hay hombres que no trabajan,
y se disculpan de su pereza,
diciendo con ligereza:
¡Ya lo haré mañana!.

El ayer se fue y ya no es nada.
El mañana de ayer es hoy
día de realizar cordada,
pero el hombre perezoso
tiene a punto su coartada:
¡Ya lo haré mañana!.

Pasan los días y pasan
y el hombre se hace viejo,
cría arrugas su pellejo
y se le va marchitando el alma,
pero él repite con calma:
¡Ya lo haré mañana!.

Su mañana nunca llega
y se va con las palabras.




Este libro alcanza un camino de mayor madurez poética, en el que la espontaneidad y sencillez de sus versos son dignos de resaltar, así como su variedad y profundidad. Su métrica sencilla y asequible introduce fácilmente al lector en la comprensión y significado de sus poemas, incluso para los no iniciados en la poesía.
El mérito de Emilio es, pues, haber sabido hacer llegar a todos los lectores con su lenguaje inteligible y ágil, a la vez que romántico y sensible, el contenido de su pensamiento poético, transmitiendo sus inquietudes interiores y la fuerza de sus sentimientos a través de sus poemas.
Quisiera resaltar el mérito que supone que el autor del libro haya ilustrado él mismo con dibujos que enriquecen su contenido y donde se ponen de manifiesto las cualidades pictóricas del autor”.










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