jueves, 18 de febrero de 2016

EL MANCO DE LEPANTO

   
Quizás fuera éste el apelativo que más le gustaba al propio Cervantes, ya que como Él mismo dijo en  su autorretrato literal incluido en el prólogo de sus “Novelas Ejemplares”:

                           
 
                    Dibujo de Emilio Jorrin

 “Perdí en la batalla naval de Lepanto la mano izquierda de un arcabuzazo, herida que, aunque parece fea, la tengo por hermosa, por haberla cobrado en la más memorable y alta ocasión que vieron los pasados siglos, ni esperan ver los venideros, militando debajo de las vencedoras banderas  del hijo del rayo de la guerra, Carlo Quinto, de felice memoria”.

Pero fueron otros apelativos más los que han pasado a la amplia biografía del  magistral personaje que dio sus primeros pasos en la poesía, que luego salpicó su obra  en prosa de poemas como genial dramaturgo en verso y  que también fue soldado, contable y recaudador de impuestos para la Armada Invencible.


También su personaje por excelencia Alonso Quijano el Bueno, Alonso Quijada,  tuvo los suyos: Don Quijote de la Mancha, Caballero de la Triste figura, Caballero de los Leones, Caballero de la Fe, El amparo de las doncellas, El asombro de los gigantes, El ganador de las batallas. Y, sobre todos “El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha”.

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