lunes, 29 de agosto de 2016

SALCES


UNA CASA, UNA HUERTA Y UNA ROSA PRIMOROSA
                           
  


En una tarde de agosto,
A penas metido el sol
 Allá por Pico Tres Mares,
Desde mi rincón preferido
Contemplo complacido
Todo mí alrededor.

Veo mil fresnos  en hilera
Que se apiñan con los chopos
Saludando a las salceras.

Veo la Guariza en Fontibre,
El Peñío y los Brezales.

Veo el Calgar y la fuente
El Campón y Mesquería,
Que conforman con Sotío
Verdes pastizales.

Oigo el campano de una burra
Pastando en compañía,
Y el rebuzno de su amante
Que la dice: ¡prenda mía!.

Oigo  el mugido de las vacas
Que les han quitado la cría.

Esta mezcla de sonidos:
De campanos, rebuznos y mugidos,
Me resulta divertido,

Oigo el trino de los pájaros,
Y a los cuervos su graznido,
El arrullo de los palomos
Y el gri gri de los grillos.

Oigo correr el agua
Del Ebro recién nacido.

El olor lo pone la rosa,
Y mil flores amarillas
Y más aún, la manzanilla.

Una gozada en suma

Que toca la maravilla.


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