UNA CASA, UNA
HUERTA Y UNA ROSA PRIMOROSA
En
una tarde de agosto,
A
penas metido el sol
Allá por Pico Tres Mares,
Desde
mi rincón preferido
Contemplo
complacido
Todo
mí alrededor.
Veo
mil fresnos en hilera
Que
se apiñan con los chopos
Saludando
a las salceras.
Veo
la Guariza en Fontibre,
El
Peñío y los Brezales.
Veo
el Calgar y la fuente
El
Campón y Mesquería,
Que
conforman con Sotío
Verdes
pastizales.
Oigo
el campano de una burra
Pastando
en compañía,
Y
el rebuzno de su amante
Que
la dice: ¡prenda mía!.
Oigo
el mugido de las vacas
Que
les han quitado la cría.
Esta
mezcla de sonidos:
De
campanos, rebuznos y mugidos,
Me
resulta divertido,
Oigo
el trino de los pájaros,
Y
a los cuervos su graznido,
El
arrullo de los palomos
Y
el gri gri de los grillos.
Oigo
correr el agua
Del
Ebro recién nacido.
El
olor lo pone la rosa,
Y
mil flores amarillas
Y
más aún, la manzanilla.
Una
gozada en suma
Que
toca la maravilla.
.
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