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Año 1.718. La ermita de la Virgen del Puerto.
El primer marqués del Vadillo, don Francisco Antonio de Salcedo y Aguirre, natural de Plasencia, siendo corregidor de Madrid, determinó hacer un santuario de la patrona de su ciudad natal, la Virgen del Puerto, en la ribera del río Manzanares, próxima a los jardines del Campo del Moro.
El edificio fue construido en el año 1.718 por el arquitecto Pedro de Ribera. Un edificio pequeño de un gran interés arquitectónico, en el cual destaca su cúpula central alzada. Se inauguró el día 8 de septiembre.
En el interior de la ermita se halla el sepulcro del fundador, en el que puede leerse el siguiente epitafio:
“Aquí está enterrado quien no debía haber nacido o no debía de haber muerto”.
Esta ermita, durante la guerra de 1.936, quedó casi destruida. En el año 1.951 fue recuperada por el Ayuntamiento de Madrid y el ministerio de Obras Públicas y entregada al obispo de Madrid Alcalá, don Leopoldo Eijo Garay el mes de junio del mismo año, quedando vinculada a la parroquia de Santa María de la Cabeza, a pesar de corresponder a la jurisdicción de la Almudena.
En esta misma fecha el actual marqués del Vadillo cedió sus derechos de propiedad al Obispado, reservándose solamente para sí el primer sitial.
En ella tiene su sede la cofradía de la Santísima Virgen del Puerto, la cual fue establecida canónicamente el día 16 de octubre de 1.954.
Organiza diversas fiestas en torno al santuario: en el mes de abril, la del domingo de Quasimodo y en septiembre Natividad de la Virgen.
Esta última es hoy mejor conocida como la fiesta de la Melonera, así bautizada por el casticismo madrileño, porque en tiempos pasados se instalaban en sus alrededores las vendedoras de melones.
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