Efemérides matritenses
En el año 1.885, el día 7 de marzo, el Papa León
XIII, le concedió a la Villa de Madrid el rango de sede diocesana, lo que
suponía la necesidad de construir un Seminario Conciliar.
El cual comenzó a funcionar provisionalmente en la
última planta del edificio episcopal, en la calle de la Pasa.
En 1.891 se empezó a construir un edificio nuevo
en la entonces Paseo del Cisne, hoy Eduardo Dato, bajo proyecto de Francisco de
Cubas, pero al poco tiempo se decidió que se debía construir en las Vistillas,
y se comenzaron las obras en 1.902, sobre el espacio del antiguo palacio del
Duque de Osuna, que había sido derribado en 1.900.
El proyecto fue realizado por los arquitectos
Miguel de Olabarría y Ricardo García Guereta, en estilo neomudéjar, partiendo del efectuado por el marqués de
Cubas, y fue terminado en 1.906 por Ricardo García Guereta y Juan Moya.
Su inauguración se efectuó el día 23 de octubre de
1.906, bajo la advocación de San Dámaso Papa.
En la fachada principal lleva incorporada esta
inscripción.
SEMINARIVM – IVNIORIBVS – SACERDOTIVM –
INFORMANDIS
Pasados los años fue ampliado el edificio por las
zonas norte y sur con dos nuevos pabellones en el año 1.950, integrados estéticamente en el edificio principal.
Dispone de una biblioteca denominada “San Dámaso” con
un fondo bibliográfico más de 165.000
volúmenes, entre los que figura una sección especializada en catequética.
Parte de sus dependencias se utilizaron como colegio seglar para BUP y
COU, con el nombre de Colegio de la Inmaculada y San Dámaso, hasta 1.999 que
fueron utilizados para la Universidad San Dámaso. También albergaba una escuela
de Magisterio (ESCUNI), en la cual curso estudios la Infanta Elena.
Esta universidad eclesiástica de San Dámaso tuvo
su origen en el “Seminario Conciliar de Madrid” y fue aprobada por la
Congregación para la educación católica. Es un centro de estudios superiores
erigido por la Santa Sede para impartir formación filosófica, teológica y
derecho canónico con validez en todas las universidades de la Iglesia. Su lema
es: “Ventatis. Verbum comunicantes” (transmisores
de la palabra de la vedad). Entre sus programas educativos destaca la formación
de aspirantes a sacerdotes.
La silueta del conjunto de edificios con el color
rojo de sus ladrillos y tejados, en inconfundible arte neomudéjar, se hace
imprescindible en el horizonte madrileño mirando al río.
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