miércoles, 15 de julio de 2009

EFEMERIDES MATRITENSES 852 - 1992

LIBRO SOBRE LA HISTORIA DE MADRID

... continuación


Año 1606. Jesús de Medinaceli.

Dentro del Madrid devoto tengo que referirme a Jesús de Medinaceli, de honda tradición religiosa para los madrileños, que acuden fervorosamente el primer viernes de marzo soportando largas colas para efectuar a sus pies tres peticiones, de las que el buen Jesús Nazareno concede una.

A esta imagen se la conoce también como el Jesús del Rescate, ya que el duque de Medinaceli, en 1682, pagó su peso en oro como rescate cuando unos moros en Fez (Marruecos) se disponían a quemarlo.

La iglesia de Jesús de Medinaceli, se halla en el que fuera convento de los Trinitarios de Jesús, fundado por el duque de Lerma en el año 1606, junto con el convento de San Antonio del Prado, ambos situados en la finca de su palacio, en la plaza de Jesús, cuyo palacio fue posteriormente del duque de Medinaceli.

En la actualidad está ocupado por el hotel Palace (Hotel “Palas”).

Su Santidad el Papa Pablo VI, elevó a este templo parroquial de Nuestro Padre Jesús de Medinaceli al título y dignidad de basílica menor, en virtud del Breve “Morem Tuentes”, dado en Roma el 1 de septiembre de 1973.

En cuanto al palacio, en tiempos del duque de Medinaceli, tenían lugar en él animadas tertulias a las que acudían personalidades importantes de la vida cultural madrileña, como Marcelino Menéndez y Pelayo, Núñez de Arce, Castelar, Echegaray, Benlliure, entre otros.


Año 1607. Madrid otra vez corte.

En este año se fijaría definitivamente la corte en Madrid.

Felipe III, seis años antes, influenciado por su consejero y hombre de confianza el duque de Lerma, la había trasladado a Valladolid. La razón de Lerma parece se fundamentaba en la idea de apartar al rey de la influencia peligrosa de su abuela, la emperatriz María, que se encontraba en la línea de sus enemigos más implacables.

Los malos resultados obtenidos con este traslado aconsejaron la vuelta a Madrid.

La afluencia de grandes y pequeños nobles a Madrid a las “mieles” de la corte eran seguidos por miles de personas que ocupaban puestos en las servidumbres o bien aspiraban a ellos.

En efecto, la corte actuaba como gigantesco imán que atraía hacia sí, desde todos los rincones del país al desamparado, al pícaro, al ambicioso…

Por ello, el gobierno de Lerma en 1611, ordenó a los grandes aristócratas que regresasen a sus posesiones de origen, con la esperanza de limpiar la corte de parásitos, pero una vez más, la orden no cuajó y la Villa siguió creciendo de una forma desenfrenada.

sigue ...

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