Lo que hoy conocemos como El Retiro, fue concebido en su origen como retiro para las meditaciones del rey Felipe II y utilizado en ocasiones como residencia durante Semana Santa, cuando los reyes y príncipes hacían ejercicios espirituales, su “retiro”. Más tarde la tranquilidad del gran parque se vio truncada con las grandes instalaciones que para su residencia y recreo montó Felipe IV. En él se dieron fiestas en las que no faltaron amoríos, intrigas y extravagancias.
En unos terrenos contiguos al monasterio de los Jerónimos, propiedad del conde duque de Olivares, y que éste regaló a Felipe IV, en el año 1637 se construyó el palacio del Buen Retiro (Casón del Buen Retiro, hoy museo de pintura del siglo XIX y Museo del Ejército, para estamento de Próceres).
En 1847 se edificó el Observatorio Astronómico según proyecto realizado por Juan de Villanueva sobre el espacio que ocupara la ermita de San Blás fundada en 1588 por Luis de Paredes y Paz en el cerrillo de San Blas y que don Pedro Amoedo en 1819 solicitó permiso para reconstruirla ya que había sido destruida por los franceses, pero le fue denegado por el Ayuntamiento. Todo el parque sufrió un enorme deterioro durante la guerra de la Independencia.
En 1862, el Ayuntamiento inició la compra de terrenos. En 1883 se edificó el palacio de Velázquez para ubicar la Exposición de Minería del año 1883; se construyó de acuerdo con los planos del arquitecto Ricardo Velázquez Bosco y del ingeniero Alberto del Palacio, en el que destacan los ladrillos a dos colores con azulejos de Daniel Zuloaga. En 1887 diseñado para la Exposición de Felipinas se edificó el palacio de Cristal, por los mismos proyectistas que el anterior, sobre una explanada que ocupaba el pabellón Árabe.
En 1902 se iniciaron las obras de construcción del gran estanque con el majestuoso monumento ecuestre del Alfonso XII, realizado por Mariano Benlliure.
El parque de El Retiro alberga además innumerables estatuas y monumentos de incalculable valor artístico como son: El ángel caído; Monumento a Ramón y Cajal, obra maestra del escultor Victorio Macho. A Campoamor, a Chapí, a Cuba, a Jacinto Verdaguer, a los hermanos Quintero… etc.
Tiene una extensión de 130 hectáreas con una tupida arboleda con ejemplares centenarios, rosaledas y zonas verdes. Está bordeado por una magnífica verja de hierro forjado con cuatro grandes puertas de entrada, en la plaza de la Independencia, calles de Alcalá, O`Donell y Alfonso XII. Tiene además otras puertas más secundarias.
Es un verdadero oasis en medio del asfalto madrileño, en el que se celebran a menudo conciertos de música, exposiciones y actos culturales diversos.
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