Quizás fuera éste el
apelativo que más le gustaba al propio Cervantes, ya que como Él mismo dijo
en su autorretrato literal incluido en el
prólogo de sus “Novelas Ejemplares”:
Dibujo de Emilio Jorrin
“Perdí en la batalla naval de Lepanto
la mano izquierda de un arcabuzazo, herida que, aunque parece fea, la tengo por
hermosa, por haberla cobrado en la más memorable y alta ocasión que vieron los
pasados siglos, ni esperan ver los venideros, militando debajo de las
vencedoras banderas del hijo del rayo de
la guerra, Carlo Quinto, de felice memoria”.
Pero fueron otros
apelativos más los que han pasado a la amplia biografía del magistral personaje que dio sus primeros
pasos en la poesía, que luego salpicó su obra
en prosa de poemas como genial dramaturgo en verso y que también fue soldado, contable y
recaudador de impuestos para la Armada Invencible.
También
su personaje por excelencia Alonso Quijano el Bueno, Alonso Quijada, tuvo los suyos: Don Quijote de la Mancha,
Caballero de la Triste figura, Caballero de los Leones, Caballero de la Fe, El
amparo de las doncellas, El asombro de los gigantes, El ganador de las
batallas. Y, sobre todos “El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha”.
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2 comentarios:
El fénix de los ingenios es Lope de Vega.
El príncipe de la letras es Rubén Darío.
Salu2
Muchas gracias por la información.
Un cordial saldo.
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