El gran
proyecto que fue el trazado de la Gran Vía Madrileña, y cuyas obras se
iniciaron a principios del siglo XX, con
la firma del rey Alfonso XIII, el día 4 de abril de 1.910, no se vio rematado
hasta el año 1.958 con la finalización del edificio conocido como la “Torre de
Madrid”. Cinco años después de haberse terminado el “Edificio España”. Ambas siluetas se hacen imprescindibles en el horizonte madrileño, bien visibles desde todos los puntos.
Estos dos edificios fueron proyectados y construidos por el arquitecto Julián Otamendi Machinbarrena y su hermano el ingeniero José
María.
Las estructuras
de ambos rascacielos son de cemento y la “torre” ostenta el record de altura en
Europa de edificios de estas características. Tiene 33 plantas.
Completan el
marco de la Plaza de España, bellos jardines, fuentes y detalles artísticos
y sobre el centro se erige el magnífico monumento a don Quijote de la Mancha y
su inseparable y fiel escudero Sancho Panza.
El monumento
incluye una alegoría de las obras del “Manco de Lepanto” con una gran riqueza
artística, proyectado por el arquitecto y escultor Rafael Martínez Zapatero en
colaboración con Pedro Muguruza Otaño, en el que participó también el
escultor Lorenzo Coullaut Valera. Fue
inaugurado en 1.929.
Se costeó
mediante suscripción popular, así por ejemplo, la escritora cántabra Concha
Espina, donó todo el importe del Premio Nacional de Literatura, que consiguió
en 1.926, compartido con Wenceslao Fernández Flórez.
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