martes, 22 de mayo de 2012

PABLO GONZALEZ


Pablo y Emilio contemplando la figura de Casimiro Sainz

PABLO GONZALEZ
UN MAESTRO EN EL ARTE DE LA MADERA
                                                                      Campurrianos
                     
                                       
CAMPOO es tierra de artesanos sobresalientes de la madera. Nos lo dicen las crónicas antiguas que los campurrianos, desde siempre, se construían sus propios aperos de labranza: carros con ejes de madera, los llamados carros blancos o también  carros “chillones” , con sus accesorios para el acarreo de la hierba  y de la paja, las llamadas armaduras; así como los diferentes utensilios para las labores del campo tales como: arados de madera denominados “romanos” y toda la garauja: garios, garias, bieldos, rastrillos… astas del dalle… etc.
Así pues, de estas habilidades ancestrales han ido surgiendo artesanos cualificados y de estos han salido verdaderos artistas en larga lista, y entre ellos, a mi entender el más sobresaliente PABLO GONZÁLEZ.
Yo ya sabía de la categoría de su obra por alguna de las ya muchas exposiciones que ha efectuado a través de la geografía hispana, pero me iba quedando pendiente ver al artista en su propia salsa, en su banco de carpintero, con sus herramientas… y por fin esta semana Santa de 2.012 he cumplido mi deseo y ha sido, por cierto, muy emocionante escuchar de su viva voz cómo de un tronco de madera van surgiendo sus esculturas que son una maravilla y suponen un goce estético para quien las contempla, y a las que a decir verdad, solo les falta hablar.
Nos resultó una gozada, me acompañó Lina, mi mujer, seguir las explicaciones de Pablo, y también las de su mujer  Eloína, Elo para los amigos, y contemplar en su casa en Reinosa, casa museo diría yo, la ingente obra de este artista campurriano, y no solo las esculturas, sino también varios cuadros al óleo originales salidos de sus pinceles, así como varias copias excelentes de cuadros famosos efectuados con todo el rigor de un auténtico copista. También dibujos y caricaturas y trabajos también de planimetría de la comarca, para lo cual se sirvió de un procedimiento inaudito y original: Montado en su bicicleta de un solo piñón, calculaba las distancias según el número de pedaladas que diera en cada tramo.
Ante su numerosa obra yo no supe decirme a mí mismo cuál me gustaba más e ingenuamente le hice la pregunta al artista de cuál es su obra preferida, y claro su respuesta fue muy lógica  y seguramente común en todos los artistas:
Pues amigo Emilio, me pones en un aprieto porque no sabría decírtelo, pues dependiendo del estado de ánimo del momento, me gusta más una u otra.
No faltó el comentario sobre la respuesta de los escultores  y tallistas a la ya tópica pregunta sobre la dificultad de conseguir de un tronco de madera tales maravillas:  
Si es muy fácil, sólo basta con quitar lo que sobra.
La última exposición la efectuó Pablo en la Navidad del 2.011, en Matamorosa, su pueblo natal, y en la antigua iglesia de San Miguel, del s.XVII con aditamentos góticos en donde él fue bautizado y también fuera monaguillo con el cura don Hilario. 
Se trata de un Nacimiento navideño con casi un centenar de figuras que forman un conjunto excepcional, conjunto que según su intención irá aumentando cada año, lo que sin ninguna duda va a suponer una obra de un valor incalculable y pasará  a la historia como uno de los Belenes más importantes de España.
          
                                             Algunas de las figuras del Belén campurriano



Si las tallas son excepcionales, alguna muy próxima a una escala natural, los bajo relieves son también una maravilla: Recogen a la perfección diversas escenas de la vida rural, con una composición armónica y equilibrada del conjunto en donde se adivina tanto una calidad suprema en el dibujo como en la perspectiva y se convierten por arte y gracia del artista en verdaderas  alegorías de la actividad cotidiana en los pueblos de Campoo.
                                                              La matanza del cerdo
                          

                                                     La recolección de las patatas
                         
Pablo es muy exigente con su obra y no escatima detalles enriquecedores y según sus propias palabras:  
“Antes de aplicar las gubias, siempre bien afiladas, lo pienso y medito mucho porque un golpe de herramienta fuera de su sitio exacto puede dar al traste con muchas horas de trabajo”.
A modo de ejemplo quiero destacar expresamente las figuras de su madre y de su padre; del beato Jacinto González, primo suyo;  la virgen de Montesclaros, patrona de la Merindad de Campoo;   el gran pintor impresionista de Matamorosa Casimiro Sainz, el “Duende de Campoo” don José Calderón Escalada; Don Demetrio Duque y Merino, escritor; … etc. etc.

En cuanto a los bajorrelieves citar un tríptico excepcional titulado “Reinosa”, una auténtica alegoría de la comarca campurriana, además de los ya citados auténticos documentos iconográficos, con sus marcos incluidos en verdaderas filigranas.

                         
El ayuntamiento y escudo de Reinosa, imagen de la Virgen de Montesclaros y de los patronos de los pueblos de la comarca; Casimiro Sainz en el parque de Cupido, a la derecha y el nacimiento del Ebro, con duendecillos tocando y bailando, a la izquierda.                                  


No faltan en su amplia colección escenas de caza y diversos ejemplares más de la fauna campurriana: osos, ciervos, rapeces…

                         

PABLO  GONZÁLEZ y GONZÁLEZ, nació en Matamorosa, (Campoo de Enmedio - Cantabria), el día 31 de julio de  1.933 y muy pronto apuntó sus dotes de artista en  la escuela de su pueblo, Escuela Pía que fue fundada en el año 1.861 por don Samuel García del Olmo.
Trabajó en la Naval de Reinosa en el departamento del Laboratorio en la sección de “ultrasonidos”, para detectar las grietas si las hubiera en las piezas de fundición y forja fabricadas en la propia factoría.
Casado con Eloina Macho Marcos. No tienen hijos.
Pantortilla de Oro en el año 2.004. Premio que otorga la Peña Campurriana de Santander a los personajes ilustres de Campoo.
El verdadero “gusanillo” por la talla de la madera le surgió a Pablo ya de casado y por el ánimo de su mujer, y por la fascinación también que le causaba viendo la obra de un tallista, paisano suyo, Ricardo Corral que conseguía excelentes resultados. Es probable que Pablo y Elo no se imaginaran la calidad y magnitud de su gran obra.
Obra que bien merecería la pena que fuera  exhibida en un museo para la contemplación y disfrute  de todos los campurrianos y visitantes de fuera, y supondría un aliciente notable para Reinosa. Sí me consta que sería para nuestro maestro artesano, autodidacta, una de sus mayores ilusiones. 

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