martes, 19 de agosto de 2014

NACIMIENTO DEL RIO EBRO





En este momento de purísima contemplación y bebiendo el agua limpia, fresca y transparente, y que durante tantos años he visto deslizarse por la orilla misma de mi casa en Salces,  se me vino a la memoria, sin poder evitarlo, uno de mis antiguos versos que tiempo atrás le había dedicado al río, al río de mis entrañas, al río que da nombre a toda la península Ibérica, al Río Ebro:

Río que ves la luz
de fuentona primorosa
en cuna vestida en piedra.
Una floresta frondosa
arrulla el borbollar sereno
de tus aguas en la roca.

Río que naces río,
al son del bardal y hiedra,
¡cuánto caudal aportas!.
Mueves piedras de molino
hasta llegar a Reinosa,
luego te haces pantano
con amplitud generosa.

Y… solo digo una pizca
de tu perfil campurriano,
porque fiel a tu destino,
te vas abriendo camino
hasta tu final en Tortosa.

En tu orilla, en la frescura,
trepan los chopos en vertical,
buscando firmes en la altura,
la fuerza del sol vital.
Medra el musgo con holgura
Y el junco bebe del caudal.
Crece a su antojo el sauce
Y el agua corre por el cauce.

La trucha en el río desova
y eclosiona bravo el alevín.
Grazna con vigor la chova
y gorjea contento el colorín.
Se alarga en plenitud la ova
y pasea el batracio saltarín.
Con sus ojos lo mira el puente
dando paso a la corriente.


UN CORDIAL SALUDO DESDE SALCES, que es mi pueblo



DE EXCURSIÓN

pastando en libertad en Palombera
                                                    Mirador de la Cardosa en Palombera
                                                               Vista parcial de Campoo
                                                            Vista parcial de Campoo



                                                          EN LA FERIA DE ESPINILLA

                                     

                                     



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