Efemérides
matritenses.
El Ateneo de Madrid fue fundado en el año 1.882
con el fin de “ la formación de una sociedad patriótica y literaria para la comunicación
de las ideas, el cultivo de las letras y de las artes, el estudio de las ciencias
exactas, morales y políticas y contribuir cuando estuviese a su alcance a
propagar las luces entre sus ciudadanos”.
Por su talante liberal se ha visto sometido a
penurias de funcionamiento en algunas etapas de su existencia. En otras por el
contrario, ha gozado de brillantez literaria.
Antes de ocupar su sede actual estuvo ubicado en
la calle de la Montera.
En
la actualidad, ocupa el número 21 de la calle del Prado de Madrid en un edificio modernista inaugurado por Cánovas del Castillo en 1884.
El
edificio es obra de los arquitectos Enrique Fort y Luis Landecho. Arturo Mélida
le dio contenido artístico con valiosísimas pinturas de estilo neogriego en el
Salón de Actos y en el Salón Inglés.
Tres personajes situados encima de la entrada
principal con sus figuras fundidas en bronce te dan la bienvenida: Velázquez, Alfonso
X y Cervantes.
El Ateneo de Madrid es una sociedad privada constituida por los socios. La dirección y administración corresponde a la junta de Gobierno, elegida anualmente por los socios, con arreglo a las disposiciones del Reglamento y a los acuerdos de las Juntas Generales. Cada año se elige a la mitad de sus cargos. La actividad cultural se organiza a través de las Secciones, las Cátedras, las Agrupaciones y las Tertulias, formadas por los socios.
Tiene sus antecedentes en el que fuera creado en 1835 como Ateneo Científico y Literario.
Su primer socio fue Mariano José de Larra, Fígaro, admitido el 4 de enero de 1836.
Su primera sede estuvo en el Palacio de Abrantes; posteriormente se mudó a la calle Carretas, después a la plaza del Ángel y a la calle Montera.
Por el Ateneo han pasado seis Presidentes de Gobierno, todos los Premios Nobel españoles, los políticos de la Segunda República y los integrantes de la generación del 98, de la del 14 y de la del 27. La dictadura de Primo de Rivera suspendió las actividades del Ateneo.
Durante la Guerra Civil española, se mantuvo abierto y se logró
preservar la integridad de sus instalaciones, especialmente su Biblioteca,
gracias a la labor de Bernardo G. de Candamo, único miembro de la Junta
Directiva republicana que permaneció en Madrid durante el conflicto bélico.
La dictadura del General Franco afectó negativamente la actividad del Ateneo. La vuelta a la democracia ha permitido que el Ateneo continúe siendo un centro de referencia cultural de primer orden.
La dictadura del General Franco afectó negativamente la actividad del Ateneo. La vuelta a la democracia ha permitido que el Ateneo continúe siendo un centro de referencia cultural de primer orden.
La historia de la vida intelectual y política española no se entiende sin esta institución.
Sabido es que Valle-Inclán presidió una sesión en la que los ateneístas votaron la existencia de Dios, pero más allá del anecdotario, la vida cultural española le debe a esta institución el haber formado a varias generaciones de prohombres.
. Recientemente, en compañía de mi mujer y de un
buen amigo, Carlos Martínez, tuvimos la oportunidad de visitar el llamado “despacho de Azaña" y dentro de éste
la histórica silla, una de las muchas joyas que tiene el Ateneo de Madrid.
A esta sala de Azaña, le viene el nombre porque el gran político compaginó la Presidencia del Ateneo desde el 18 de junio de 1930 hasta el 30 de mayo de 1.932, y la presidencia de Gobierno y se conserva su silla presidencial.
A esta sala de Azaña, le viene el nombre porque el gran político compaginó la Presidencia del Ateneo desde el 18 de junio de 1930 hasta el 30 de mayo de 1.932, y la presidencia de Gobierno y se conserva su silla presidencial.
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