sábado, 22 de septiembre de 2012

POZO DE LA ARBENCIA


El Pozu de la Arbencia es un capricho de la naturaleza situado en el puerto de pastos  de alta montaña de Fuentes en el término municipal de Campoo de Suso (Cantabria), en la confluencia del río Hormigas con el río Fuentes o Riofrío, tributarios del  Lodar o Argoza, afluente del río Saja.




Mucho, mucho tiempo, he tenido que esperar para conocer este popular y muy nombrado lugar.


He tenido que esperar la friolera de 75 años para cumplir uno de mis deseos desde muy antiguo y por fin este verano del año olímpico 2012 se presentó la esperada oportunidad.

El tercer domingo de agosto, día 19, fuimos invitados, como en años anteriores, a la comida popular que el hotelero de Salces, José Antonio Gómez Abad, actual propietario de la histórica Venta del Moveju, organiza todos los veranos altruistamente.

Esta comida campestre en el Moveju, es ya tradicional, pues alcanzó en esta ocasión el número catorce, y se ha convertido por derecho propio en una jornada festiva de encuentro entre gentes amantes de la naturaleza en su estado prístino.




Casi un centenar de comensales, mujeres, hombres y niños, que nos desplazamos en coches particulares (todo terreno y normales) y muchos también a caballo, pudimos degustar con gran satisfacción, productos de la matanza de cerdos que se crían en estado libre en los propios invernales de la venta, y una típica “olla ferroviaria”, con buen vino tinto en jarra y porrón, para rematar con un sabroso te con orujo.

Es de destacar que este año hubo una ausencia forzada por culpa de una operación de calado que le han practicado en Valdecilla a José Antonio “Toño”.

El recorrido, en nuestro caso, es de suma belleza: Salces, Fontibre, Paracuelles, Soto, La Frontal, Palombera, Tajahierro, Ozcaba y El Moveju, lugares todos ellos se interés turístico e histórico, suficientemente conocidos.

Remontada la mítica subida de La Frontal incluida en ocasiones en la “Vuelta ciclista a España”, hicimos una primera parada en las “Brañas de Julastra”, situadas en las proximidades de la Venta de Tajahierro, de muy fácil acceso ya que está al lado de la carretera. Parada cuasi obligada para nosotros porque en ella abrevan un buen número de vacas y yeguas en la fuente y pilón que construyera mi padre, Emilio Jorrín y Jorrín, allá por los años 1.950.






El día estaba espléndido con un sol brillante y hacía calor, mucho calor, ya que el mercurio del termómetro superaba desafiante la raya de los 32º, pero una ligera brisa con los aires puros de alta montaña, refrescaba agradablemente el ambiente.


Desde la Venta del Moveju, se despliega a nuestra vista una amplia panorámica mirando al sur, este y oeste: El Pecau, Bustamezán, Braña del Villar ó Polanco, Viérnoles, Cuesta Riante, El Pendiu, El Candanosu, Buzcabrero…, fantástico panorama como telón de fondo a una fiesta superlativa.



Después de reposada la comida y de escuchar algunas canciones campurrianas y montañesas por el equipo de música que el organizador había previsto, hice la propuesta:

¿Qué os parece si esta tarde nos vamos al Pozo de la Arbencia que tengo mucho interés en conocer?.

Afortunadamente mí propuesta fue acogida con entusiasmo por todos y mi tío apostilló:

Además podemos aprovechar para echar un vistazo a nuestro ganado que pasta por aquellos parajes.



Con el sol aun muy alto iniciamos nuestra segunda aventura del día por el Puerto de Fuentes, bien planeada con la guía de mi tío Antonio, Guarda de Montes, ya jubilado, cazador empedernido y buen ganadero, conocedor de estos parajes “mejor que su propia casa” en opinión de mi tía Mariluz.



Antes de salir por Ozcaba a la carretera, se toma un camino hacia la izquierda y cruzando el río Queriendo, caudal de agua principal de esa zona, que nace en las brañas de Balbás en Cuestas Pendias, de siete kilómetros de recorrido, afluente del Argorza, se va tomando altura por el Sel del Andrinu; las Arrebalizas; las Hachuelas; la Acebosa, con espléndidos ejemplares de acebos y acebas y un buen pilón abrevadero; braña de Espinas; las Brañas de Pelías, espectacular “alfombra verde” y por la Cruz remontar a Fuentes, lugares todos ellos de espléndida belleza y con frondosos bosques y pastos excelentes, y con nuestro ánimo en estado puro, íbamos achicando espacios llenando nuestras retinas de un espectacular panorama, con todas las siluetas nítidas, gracias a la bondad del día que seguía despejado.

El Puerto de Fuentes, es una de las zonas más importantes de Campoo para el pastoreo en régimen extensivo, antiguamente al cuidado de vaqueros y surujanes, y en la actualidad al libre albedrío, solo a la vigilancia esporádica de sus respectivos dueños y campean en plena libertad por brañas de sonora toponimia como: Braña Redonda, Pidruecos, Brañalimpia, La Cotera, Fuente del Gatu, Prau de Fuentes, Paradía, El Avellanosu, Villasconorio, Pazambrero, El Tronquillu, Pozu roju; Alto Abedules…, las cabañas de Salces y Villacantid…

Las razas de ganado vacuno son muy variadas: Tudancas (la única raza autóctona, desaparecidas las de raza campurriana); Pardo Alpina; Charolesa, Limousin, Carreña, Asturiana, Pirenaica… y las yeguadas, compuestas por la hispano-bretona, la losina, y también las procedentes de cruces varios.

Desde la Cruz de Fuentes, cruce de caminos, siguiendo la antigua trocha de carro, hoy pista, que cruza por Paradía, con dirección a Barcena Mayor, fuimos superando espacios con el “todo terreno” y arribamos a un idílico lugar de hayas espléndidas al lado del camino y junto a la orilla izquierda del Ríofrío, espacio que reúne las cualidades necesarias para un buen día de acampada en plena naturaleza y el murmullo reparador del agua.

Este Ríofrío es llamado también río de Fuentes, que tiene su origen en la fuente del Gatu, próxima al emblemático Cepelludu.

En este apacible lugar descansamos un rato y nos dispusimos a cruzar el río a pie, saltando de peña en peña, que ya con el caudal de sus aguas mermado en este tiempo de verano avanzado, no resulta complicado; tomamos un sendero de dificultad media y corto recorrido, y de repente surge un abismo impresionante que da cabida al río Hormigas procedente del monte Ropero y que da vida a toda esa zona de buenas brañas.

Una bella cascada pone fin a este caudal de agua muy fresca que termina deslizándose en filigrana por un piso de rocas planas y confluye con las aguas de Ríofrío escultor sobre la roca viva de la gran cascada que engendra en su caída cuasi vertical el POZU DE LA ARBENCIA, que es un capricho espléndido de la naturaleza.







Con nuestras retinas llenas a rebosar de tanta maravilla natural continuamos por el camino con dirección a Bárcena Mayor, paralelo al río Lodar, para contemplar en vivo, en la Canal de Marineros, otro exceso de la naturaleza, pero en esta ocasión en su parte negativa: Un extraño ciclón producido en los primeros días de este mes de agosto, arrasó sin contemplaciones dos centenares de hayas espléndidas que crecen a rienda suelta en esos parajes en la raya divisoria de los municipios de Campoo y Los Tojos en el pueblo de Bárcena Mayor y una vez más queda bien de manifiesto la grandiosidad de los acontecimientos naturales.




Desde principio a fin resulta un recorrido lleno de aromas, colores y aires puros, con olores densos en el ambiente a hierba recién segada, poleos y manzanillas, muchas manzanillas y flores silvestres; un abanico de colores con el brillante intenso de la flora, con el verde vivo de los acebos, rojos y canelas, con el verde oscuro de las hayas y robles a juego multicolor con los prados y pastizales, y todo ello en contraste armonioso con las moras en estado de maduración entre el verde claro inicial, al rojo en su estado medio y el negro intenso en su maduración total.


Colores intensos desafiantes al goce estético del más exigente. Colores y más colores en la abundancia infinita con que la generosa naturaleza ha dotado a esta tierra campurriana.

La música de las hojas infinitas de las nutridas arboledas cuando las acaricia el aire y cantan bellas armonías que son un gozo para el oído afinado.

La prodigalidad de las aguas puras que brotan saltarinas por doquier y pintan las praderas con cintas verdes imperecederas.




Y ... Ya queda dicho que una amplia toponimia se nos ofrece multiforme y variopinta a los cuatro vientos a través de todo el recorrido. Nombres de sonora trascendencia histórica. Espacios con un reconocido valor ecológico y cinegético. Panorámicas esplendorosas …


El viejo Batán, del que ya solo quedan las paredes como recuerdo de su existencia, al pie mismo de la Guariza, espléndida, con sus hayas majestuosas de alto valor ecológico.

El Balneario de Fontibre, construido en los años 1.950, que recoge las aguas medicinales desde su manantial en el lugar denominado Sosa, al pie del Castro Peña Campana. Aguas cuyas propiedades curativas del hígado, estreñimiento y malas digestiones, fueron descubiertas en el año 1.765 y en 1.913 premiadas con la medalla de oro en la Exposición Internacional Hidrológica celebrada en Madrid, y posteriormente en Londres.

Fontibre, "la cuna del Ebro", título de uno de mis libros y que ahora se utiliza por el Ayuntamiento de Campoo de Suso para diversas actividades. Mirando a la derecha, se divisa el castro de Peña Campana, situado en el Picu de la Hoz en el camino hacia Argüeso. Superando una pequeña varga quedan a nuestra izquierda las instalaciones de cafetería, restaurante y aparcamiento regido por la Diputación de Cantabria, así como un pequeño edificio destinado a información turística. Todo ello, antesala del nacimiento del río más importante de España, situado en una hoya, llamada la Fuentona, no visible desde la carretera y que tomó nombre de la palabra “íberus”, ibero, y que por tanto, dio nombre a la Península Ibérica.

Cerca, Paracuelles, con su antigua iglesia de San Andrés sobre un pequeño altozano, pueblo en el que se ubica el Grupo Escolar “Rodríguez de Celis” que da cabida a los alumnos de Campoo de Suso desde la Ley de Concentración Escolar en áreas rurales, y mirando al norte la silueta majestuosa del Castillo de Argüeso, cargado de historia medieval.

Enseguida Espinilla, centro administrativo del municipio Hermandad de Campoo de Suso y nudo importante de comunicación comarcal, en cuya rotonda confluyen la carretera provincial de Reinosa a Cabezón, por la que vamos circulando; la carreta al Alto Campoo y la carretera intercomarcal con dirección a Brañosera. Espinilla es un pueblo formado por dos barrios bien definidos, denominados Marquesado, por su pertenencia antigua al Marquesado de Argüeso y el otro Realengo por su pertenencia al Señorío de Campoo, y desde aquí por la carretera citada en primer lugar, nos dirigimos hacia Soto.

En este pueblo de Soto, situado al pie mismo de la Frontal, nos encontramos con un pinar de cierto valor ecológico, cuya plantación fue efectuada a mediados del siglo XX, así como un antiguo yacimiento de mineral de cobre, hierro y algo de plata, explotado desde mediados del siglo XVIII, y cerrado en la actualidad. Soto, lugar de cruce de caminos: la vía romana II, procedente de Salcedillo, Collado de Somahoz, La Población, Barrio, Espinilla, Soto, Palombera, Barcena Mayor… con la vía romana III, procedente de Aradillos, Fontecha, Camino, Argüeso, Soto, Sejos, Huznayo, Puente Pumar …

Ya en el Alto de la Frontal, llamado antiguamente Campo Susero, se divisa una espléndida panorámica de Campoo mirando al sur y del Puerto de Palombera, al norte, con sus brañas abundantes de magnífica calidad de hierba utilizada por el ganado en libertad, buenos bosques de hayas, abedules, acebos, avellanos …

Pronto nos encontramos en la margen izquierda de la carretera, en el k.16, la histórica y popular Venta de Tajahierro, también denominada Venta del Sordo, por su pertenencia a don Ángel de los Ríos, “el sordo de Proaño”. Está censada como perteneciente al pueblo de Espinilla con el número 100, si bien en la fachada principal figura una antigua numeración con los dígitos 77.

Fue construida por el Sordo de Proaño en los años 1.890, coincidente con la construcción de la carretera, aprovechando una enorme roca que sirvió como una de las paredes y la piedra de los restos de una antigua venta ubicada en el llamado “Prau de la Venta”, en la zona norte del pueblo de Soto, que era de su propiedad, por donación del señorío de los Lara al señorío de la Torre de Proaño, en cuya venta, según escrito del Sordo, sus abuelos cobraban derechos de portazgo a los carreteros que por allí pasaban entre las Asturias de Santillana y el norte de Castilla.

El espacio que ocupa la venta junto con el prado colindante, propiedad entonces del Ayuntamiento, fue adquirido por don Ángel de los Ríos mediante una permuta del monte del Lodar que era de su propiedad.




Con respecto a esta venta, sabemos por los datos históricos en el Archivo de la Real Cancillería de Valladolid “Pleitos civiles”, que Juan de los Ríos, vecino de Paracuelles y Naveda, en el año 1.521, entabla un pleito civil que duraría hasta 1.541, contra Juana de Bustamante, vecina de Espinilla, divorciada de Gómez de los Ríos, sobre “restitución de la Venta de Tajahierro en el Puerto de Palombera, con un prado junto a ella y otros bienes raíces como la torre de Espinilla”.

En sus páginas negras se halla la voladura que sufrió con dinamita en 1.891, efectuada por unos malos quereres, pero el Sordo la reconstruyó y en ella escribió algunos de sus trabajos literarios.

A la muerte de don Ángel de los Ríos, fue regentada por el llamado “el tíu Ramos”, en la época en que el rey Alfonso XIII, venía a cazar el oso a Palombera. Motivo por el cual fue convenientemente preparada y habitaciones independientes a base de tabiques de tablas, al estilo campurriano de la época.

En el primer tercio del siglo XX, fue utilizada por los miembros del Club Alpino Tajahierro, quienes posteriormente harían su refugio en Braña Vieja.

En los años 1.940, se puso a la venta y el Ayuntamiento de Espinilla tuvo la posibilidad de adquirirla pero no hubo acuerdo y la adquirió Santos Cayón, de Soto y se la cedió a Serafín de Soto en calidad de casero.

En la actualidad es propiedad de un vecino del pueblo de San Vicente del Monte.



Seguimos por la carretera, que fue inaugurada el día 24 de noviembre de 1.889, construida por mediación del citado don Ángel de los Ríos siendo diputado provincial, en cuyo acto brindó con un vino elaborado en Campoo con estas palabras:

No será, pues, maravilla – que, a tan nobles caballeros –

sirva Medoc campurriano – un hijodalgo ventero”.

(Medoc es una región vinícola de Francia de excelente vino de este nombre).



Ozcaba u Hozcaba.

Lugar de confluencia de los dos caminos Reales existentes en la zona. Uno desde Barcena Mayor por las Casas de Avellanedo y la Venta del Moveju; y el otro desde Los Tojos y Colsa, con parada en la denominada Venta Vieja, y remontaba por Los Trillos y el monte Tambueys para llegar a Ozcaba.

En la zona que hoy ocupa la antigua cabaña, que ha sido transformada en un refugio de montaña, construido por la Mancomunidad Campoo-Cabuérniga con el antiguo pilón abrevadero, se asentó un Lazareto de los Templarios, denominado Santa María de Hozcaba, transformado posteriormente en Hospital para servicio de los peregrinos camino de Santiago.

Probablemente en la misma zona tuvo asentamiento un puesto militar romano.

Fue lugar también de pastoreo de los cerdos de Campoo que subían en primavera al cuidado de un porquero y bajaban en septiembre, por San Miguel.

Con respecto a la cría de los cerdos en Campoo tuvo antaño una gran importancia y fue motivo de quedar recogido en las Ordenanzas de la Hermandad del año 1.589.

A través del antiguo “camino real”, además de las verdes brañas nos encontramos con buenos ejemplares de hayas, espinas o majuetos, avellanos; acebos… que configuran esplendidos refugios naturales para la ganadería y la fauna diversa, sobre todo de venados (traídos de fuera, años atrás); corzos; jabalíes; lobos; zorros…etc,. Hubo también algún ejemplar de oso, hoy extinguidos a pesar de la labor del Parque Natural Saja-Besaya, creado en 1.988.

Se han ido quedando atrás a nuestro paso nombres tan populares como: Arroyo Pesebre; Pontón de Julastra; Los Trillos; Las Liebres; Braña Palombera; Las Hachuelas…

LA VENTA DEL  MOVEJU




     En estas dos fotografías: Toño de Fontibre, Toño y Emilio de Salces en 2011

Lugar cuasi paradisiaco compuesto por la propia venta, propiedad del pueblo de Bárcena Mayor, utilizada en usubfruto, en la actualidad por José Antonio Gómez Abad, y que estuvo anteriormente al cuidado de Celedonio Viaña, la Curra de Saja ó Facio del Tojo; y los invernales, propiedad de José Antonio, adquiridos a los Canos de Prellezo y que fueron utilizados también por Manolo de Bárcena Mayor; Virginia y Luis del Tojo; Luis Cuesta de Soto, Nisio Mesones, José Viaña, Andrés Puente del Tojo… Todo ello magníficamente mejorado por el citado José Antonio “Toño”, quien ha agregado un buen número de parrillas artesanalmente construidas que embellecen y dan buen servicio. Ha incluido, sala de estar, dormitorios y cuarto de baño, que dan buen servicio a las exigencias de los visitantes. Se conservan en buen estado los antiguos pesebres y otras instalaciones para el ganado.



A modo de cumplido recuerdo de los cientos de carreteros que por ella pasaron a través de los tiempos, quiero citar a unos pocos, en nombre de todos, correspondientes al siglo XX: Cesario Ceballos; Coira; Manuel Valdizán; Miguel Seco; Genio de Bárcena Mayor; Fermín Saja …

Fueron muchos también los vaqueros que cuidaron los ganados por aquellas brañas abundantes a través de los años: Manolo el Verdugo de Bárcena Mayor; Benito Arceda de Izara; Eloy Puente de Suano; Jacinto de Espinilla; Atilano de Naveda; Pepe Tista de Soto; Alfredo Díaz de Soto; Eustaquio de Serna; Laureano de Argüeso; José Aguado “el estadoju”; Benjamín Castañeda; Carlos Castañeda; Víctor y Matilde…


Esta Venta del Moveju, junto a otras existentes, como la llamada Casas de Avellanedo también en Bárcena Mayor o las de Campoo de la Frontal, Tajahierro y Mostajo, y otra en el término del pueblo de Soto de nombre Villaherrera, daban servicio a los transeúntes y a los carreteros que transportaban por este camino hasta Reinosa, antes de construirse la carretera, vino y harina desde Castilla y llevando ganado y aperos de labranza, construidos en todos los pueblos de Cabuérniga.

También en la Venta del Moveju, se efectuaba el trueque (intercambio) de mercancías entre Campoo y Cabuérniga y que con frecuencia se convertía en una fiesta.

Nos dicen crónicas antiguas que en una venta ubicada en el pueblo de Soto (quizás fuera en la citada Villaherrera?), se hospedó durante siete días el Emperador Carlos V en su viaje camino del retiro en el Monasterio de Yuste. Sabemos también que se hospedó en Reinosa a causa de su cansancio y también de sus dolencias, en las casas ya desaparecidas de don Juan de Rebolledo, en las proximidades a la actual Residencia de Ancianos de San Francisco, y el 21 de octubre de 1.517, continuó viaje hacia su destino.



Las Brañas de Pelías.

Estas praderas naturales pertenecientes al pueblo de Argüeso, encajan dentro del concepto de los llamados “prados de concejo”, “prados del toro”. etc. en aprovechamiento comunal por los vecinos del lugar.

Sobre ellas el “Duende de Campoo”, nos dice:

“Estas brañas de Pelías, por llamarse brañas y por estar enclavadas en los términos de la Hermandad de Campoo de Suso, no en los del pueblo, nos hace sospechar que el principio de la propiedad que Argüeso disfruta de tiempo inmemorial sobre dichas brañas, está en la donación de alguien que tuvo señorío sobre ellas, fuera rey o conde de la Alta Edad Media, o cualquier otro de los muchos que tuvieron señorías en esta región a lo largo de varios siglos. ¿No pudo ser aquel Merino Mayor, el primero de que tenemos noticia, nombrado para “desde Amaya fasta el mar”, que se llamó Juan de Piliella?. Porque Piliella es diminutivo de Pila, y una de las brañas creo que se llama así. Por otra parte Pelías le hemos visto escrito Pilias, Pileas y Pilillas, que podrían ser corrupciones de Piliella. Pudo éste recibir las brañas en premio de sus servicios, y si era de Argüeso, que también pudo serlo, dejarlas en testamento a las doncellas del lugar, como insinúa una especie de leyenda que corre entre la gente y hemos escuchado de labios de personas muy encariñadas con las tradiciones de la tierra”.



Contemplamos, como no, varias manadas de venados que pastan tranquilamente al lado de las vacas y yeguas, y también la fatídica imagen de un grupo de buitres sobrevolando las alturas en búsqueda de algún animal muerto o moribundo.

Es de obligada reseña el Parque Natural del Saja-Besaya, en la Mancomunidad Campoo-Cabuérniga, creado en el año 1.988, con una extensión de 24.800 Hectáreas, formando parte de la Reserva Nacional de Caza del Saja.


La Mancomunidad Campoo-Cabuérniga.

Se trata de una unidad administrativa sin población y gestionada mancomunadamente por los cuatro municipios que la integran: Hermandad de Campoo de Suso, Cabuérniga, Los Tojos y Ruente, y se rige por sus propias Ordenanzas. Tiene una extensión de 6.550 Hectáreas de montes y brañas.

Fue creada e incluida en el Registro de la Propiedad en 1.854 y tiene sus antecedentes históricos en la “Comunidad de Pastos” establecida bajo un “Concordia” firmada en Bárcena Mayor el día 18 de enero de 1.497, en virtud de costumbres ancestrales que los ganados de Campoo bajaban en invierno con la nieve a pastar hasta los términos de Cabezón y los ganados de Cabezón subían en verano a pastar a las brañas de Campoo.


La Reserva Nacional de Caza del Saja.

Fue creada, en su núcleo inicial, en la zona oriental de lo que hoy constituye la Reserva, por Orden Ministerial del 9 de marzo de 1.948, respondiendo a las peticiones de un grupo de cazadores para evitar la inminente desaparición de la riqueza cinegética de la zona.

En 1.950 se amplió a la Sierra de Peña Sagra y el 21 de marzo de 1.966 se amplió definitivamente a sus límites actuales, con una extensión de 180.186 Hectáreas, siendo la mayor de España.

En ella se practica la caza por lotes, que se adjudican por sorteo, de tal modo que no se cace en los mismos días en lotes contiguos y un número igual de cacerías por lote y año.

En esta Reserva, quedó incluida la histórica Mancomunidad Campoo-Cabuérniga, antes citada.

.

No hay comentarios: