SAN BLAS
Y SU CONNOTACION REFRANERA
“Por
San Blas, hora y media más”. En clara referencia a que los días ya son
más largos y las noches más cortas.
Con
la denominación hagiográfica de San Blas,
se bautizó en su día, a uno de los cerrillos que se elevan con escasa altitud,
312 pies castellanos (87 m.) sobre el nivel del río Manzanares, en el emblemático
Parque de El Retiro madrileño.
Tomó nombre por la construcción en él de una
pequeña ermita, en el camino entre los conventos de los Jerónimos y de la
Virgen de Atocha, para la veneración de este santo que posteriormente sería
tomado como patrón de los laringólogos.
Este estupendo escenario con sus romerías fue
artísticamente plasmado por los hábiles pinceles del pintor Brueghel; cuadro
que se halla en el Museo del Prado. En él se puso en escena el popular
“Entremés del día de San Blas en Madrid”, de Pedro Lanini.
Obispo de Armenia, médico, anacoreta y
mártir. Su festividad se celebra el día 3 de febrero.
Después de sus primeros estudios se centró en el
conocimiento de las normas de la retórica clásica.
El
culto a San Blas:
Sabido es que el culto a este santo, está extendido por todo el ámbito
cristiano, y han sido muchos los lugares que han erigido una iglesia o una
ermita bajo su advocación.
La devoción popular hacia San Blas, se
sostuvo en base a su fama de “hacedor de milagros” o taumaturgo, cualidad que
tuvo incluso antes del martirio.
El médico muy complaciente, puso sus manos
sobre el niño, trazó la señal de la cruz en su garganta y oró. Enseguida el
niño moribundo expulsó la espina y se recuperó rápidamente”.
San Blas, además del patrono de los
laringólogos lo es también de los albañiles; cardadores; carpinteros y
tejedores.
Se le invoca como protector del dolor de
garganta, de anginas; contra vientos y huracanes.
CONNOTACION ROMERA DEL CERRILLO DE
SAN BLAS.
Era esta la romería más popular celebrada en
el Cerrillo de su nombre en el Parque del Retiro, el día 3 de febrero,
festividad de este santo, en los
alrededores de la ermita a él dedicada. Romería muy entroncada en una profunda
tradición madrileña.
El escenario contaba con una excelente
pinada, que junto a las aguas salutíferas de la fuente de Santa Polonia,
(situada en el convento de Atocha), tenía propiedades medicinales, siendo muy
usada para las dolencias de estómago y de los riñones...
Santa Polonia, es la patrona de los dentistas
y protectora contra el dolor de muelas.
Lo primero y preceptivo era oir la santa misa, seguidamente y casi a modo de rito, era beber el agua milagrosa para liberarse las afecciones de garganta.
A continuación se entonaban coplas populares alusivas a la fiesta y a San Blas, e incluso alguna salida de la pluma genial del gran Quevedo, como esta que dice:
“La
garganta de San Blas – con almuerzos y merienda,
son garrotillo del pobre – que las paga y no
las prueba”
Garrotillo se
denominaba en la época a las infecciones de garganta o difteria
Otras coplas salidas del ingenio del pueblo, y por tanto anónimas, son éstas:
“Con bendición de San
Blas – y agua de Santa Polonia,
tendrás la garganta
buena – sin tenerte que ir a Roma”.
“San Blas, es fiesta - con regocijos,
coches, bullas y
lodos - y mucho vino”.
“A la ermita de San Blas – si vas a coger “verbena”,
pedirás que la garganta – el Santo te ponga buena”.
.
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