PATRONO DE ESPAÑA
ENTRE LA
HISTORIA Y LA LEYENDA
Santiago el Mayor
Santiago ó Jacobo de Zebedeo, fue uno de los apóstoles más
destacados. Se le conoce como Santiago el Mayor para distinguirlo del otro
Santiago, el Menor.
Apodado el hijo del trueno y Matamoros, por su intervención,
milagrosa, en las batallas de Clavijo, Hacinas y Simancas, entre los años 844 y
939, en contra de los musulmanes.
Falleció en Jerusalén el año 44.
Santiago Matamoros en Carrión de los Condes
LA BATALLA DE CLAVIJO
Según el
Diccionario de Historia de España, se trata de un enfrentamiento mítico, que se
consideró histórico durante mucho tiempo, dirigido por Ramiro I, rey de
Asturias contra los musulmanes, el 23 de mayo de 844, con la ayuda milagrosa
del apóstol Santiago, y que fue producto de la imaginación quizás del arzobispo
Rodrigo de Rada?
SANTIAGO Y SAN MILLÁN -PATRONOS
DE ESPAÑA- EN LAS HISTORICAS BATALLAS DE HACINAS (Burgos) y SIMANCAS
(Valladolid)
BATALLA DE HACINAS
En el
histórico Poema de Fernán González, nos describe el enfrentamiento entre Fernán
González, primer conde de Castilla y el caudillo Almanzor en las cercanías del
pueblo burgalés de Hacinas (Fascinas, medieval, si bien siguen las dudas
entre su veracidad y la leyenda).
Mientras Almanzor emprende la marcha hacia
Hacinas, Fernán González acude al monasterio de San Pedro de Arlanza a pedir
apoyo divino. Durante el sueño se le aparecen los santos Santiago y San Millán
y prometen al conde que le ayudarán en la batalla. A su vuelta encontró a sus
tropas enfurecidas por su desaparición pero el conde les arenga y les cuenta
que, al tercer día, acabarán venciendo este desigual combate gracias a la ayuda
de Dios.
El ejército cristiano, compuesto por 450
caballeros y 15.000 infantes, queda dispuesto en tres columnas dirigidas: Una
por Gustios González de Salas, el sexto de los Infantes de Lara, don
Velasco de Salas, Gonzalo Díaz y dos sobrinos de Fernán González. Contaba con
200 caballeros y 6.000 infantes de la Montaña, es decir, de la actual
Cantabria. Otra por Lope el Vizcaíno y los hijos de Laín Calvo, el juez de
Castilla y caballeros de las Merindades, Y la tercera por el propio Fernán
González, con los infanzones del Alfoz de Lara Ruy de Cavia y Nuño
En plena oscuridad vieron aparecer a un dragón
que iluminaba el cielo con sus llamaradas y daba grandes alaridos. El
ejército castellano estaba aterrorizado pero Fernán González les calmó. Aseguró
que aquello era obra del diablo, quien quería ayudar a Almanzor,
El tercer día de batalla con ventaja para
Almanzor la situación es crítica: las bajas castellanas son muchas y los ánimos
decaen. Fernán González pide desesperado la ayuda divina prometida…
Ante esta situación, Fernán González
convoca esa misma noche a sus mesnadas y les cita antes del amanecer para
asestar el golpe final al ejército de Almanzor ya que, por la tarde, tendrán la
ayuda que necesitan para ser vencedores.
Y, de repente, se escucha una gran voz en el
campo de batalla: «Fernando de Castilla, hoy aumenta tu bando». Era el
Apóstol Santiago que dirigía un enorme ejército de caballeros aparecido
repentinamente. Los musulmanes no se explican lo ocurrido y comienzan a
desmoralizarse. Finalmente, Almanzor se ve obligado a retirarse del campo de
batalla. Las tropas castellanas persiguieron a los derrotados hasta las
cercanías de Almenar de Soria, en la frontera musulmana.
También en La vida de San Millán de
Gonzalo de Berceo (s. XIII) se narra la batalla en estos términos:
vidieron dues personas fermosas e luzientes,
mucho eran más blancas qe las nieves
rezientes.
Vinién en dos cavallos plus blancos que
cristal,
armas quales non vío nunqa omne mortal;
el uno tenié croça, mitra pontifical;
el otro una cruz; omne non vío tal.
[…]
El qe tenié la mitra e la croça en mano,
éssi fue el apóstol de sant Jüán ermano;
el que la cruz tenié e el capiello plano,
éssi fue sant Millán el varón cogollano
San Millán va en un caballo blanco y con una
cruz de forma similar a Santiago. La batalla de Hacinas será un componente
fundamental para elaborar la figura de San Millán matamoros, adalid
de la cristiandad y patrón de Castilla1. Esta figura quedó
inmortalizada en el fresco que Juan Ricci pintó en torno a 1653 en el
monasterio de San Millán de la Cogolla y que representa a San Millán cabalgando
un alicornio en la batalla de Hacinas blandiendo una espada
llameante.
Fruto de esta legendaria batalla de Hacinas,
es el encumbramiento de San Pedro de Arlanza como el monasterio de Castilla.
Según el Poema, en él se sepultan los restos de todos los soldados cristianos
caídos en la batalla. Además, parte del botín que Fernán González obtuvo en
esta batalla será la causa legendaria de la independencia de Castilla: el
azor mudado y el caballo árabe que venderá al rey de León.
En el siglo XIII es cuando la batalla
de Hacinas empieza a citarse en diversos documentos. El primero es el de
los Votos de Fernán González o Privilegio de Fernán
González concedido al monasterio de San Millán de la Cogolla. Aunque datado
en el 934, es un documento falso y posiblemente elaborado en el primer tercio
del siglo XIII en el mismo monasterio de San Millán de la Cogolla.
Posteriormente se realizaron varias versiones de él en romance castellano. La
más antigua localizada en Cuéllar.
En general narran una curiosa fusión entre
los hechos históricos acaecidos en la batalla de Simancas (939) y la
legendaria batalla de Hacinas, dándose preeminencia a San Millán frente a
Santiago, tratando así de justificar los llamados Votos de San Millán (como
un reflejo de los Votos de Santiago) de forma que se hicieran donaciones al
monasterio de San Millán de la Cogolla por parte de los pueblos de Castilla.
El voto de Santiago.
Fue concedido
solemnemente por Ramiro I después de la victoria de la mítica batalla de
Clavijo, por el cual los cristianos dejarían de pagar a los moros el “tributo
de las cien doncellas” y se ofrecería cada año a su iglesia de Santiago
(Galicia) las primeras cosechas y vendimias, y como a un caballero más se
repartiría con el Apóstol una parte del botín que se tomara de los moros.
El voto fue renovado
e institucionalizado por Felipe IV en 1643.
El tributo de las cien doncellas o vírgenes, es una leyenda que tiene su origen en el año 783
cuando Mauregato subió al trono del Reino de Asturias con la colaboración
del musulmán Abderramán I y se
comprometió al pago de este tributo por su ayuda.
LA BATALLA
DE SIMANCAS
Dicen las crónicas que el rey leonés Ramiro
II logró reunir a su lado, además de a sus propias tropas, las de los condes
Fernán González y Ansur Fernández, las del reino de Navarra de García Sánchez
I, así como a tropas gallegas y asturianas.
La batalla, que tuvo lugar en la margen
derecha del Pisuerga, al noreste de Simancas, fue muy violenta y se prolongó
durante varios días. Las crónicas cristianas cuentan que se apareció San
Millán. Y además, según cuentan las crónicas, tanto árabes como cristianas,
hubo un eclipse de sol unos días antes de la batalla:
Encontrándose
el ejército cerca de Simancas, hubo un espantoso eclipse de sol, que en medio
del día cubrió la tierra de una amarillez oscura y llenó de terror a los
nuestros y a los infieles, que tampoco habían visto en su vida cosa semejante.
Dos días pasaron sin que unos y otros hicieran movimiento alguno.
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