miércoles, 4 de enero de 2017

CATALINA mujer de Cervantes



CATALINA DE PALACIOS SALAZAR

MUJER DE CERVANTES Y VECINA DE MADRID


Muy estimados amigos, casi sin darnos cuenta se ha pasado el año cervantino 2.016.
Han sido muchos los artículos que se han publicado y no quería yo pasar el acontecimiento tan importante para las letras españolas sin hacer una pequeña reseña de Catalina, mujer de Cervantes y vecina que fue de la Villa y Corte.

Catalina de Palacios Salazar, nació el 1 de noviembre de 1.565, en el seno de una familia hidalga y de recio abolengo en la localidad manchega de Esquivias y fue la mayor de cinco hermanos, Nicolás y Gonzalo,   que murieron de niños, Francisco que fue cura y Fernando fraile franciscano, con el nombre de Fray Antonio de Salazar.

De su niñez, poco se sabe. Si se ha escrito que sobresalía en el aprendizaje del latín con las enseñanzas de uno de sus tíos. Y las labores domésticas de la mano de su madre, incluidos encajes y bordados. Su carácter era fuerte y poco sumiso.

Se conocieron en la villa toledana en 1584. Miguel había acudido a Esquivias a ayudar a la viuda de su amigo Pedro Laínez con la edición de un «Cancionero».
En su corto periodo de noviazgo con Miguel, Catalina se embobaba oyéndole contar su vida en Nápoles, sus momentos más duros en la batalla de Lepanto, los sucesos más tristes de su cautiverio en Argel, y vio sabiduría en todo cuanto hablaba.

Se casaron en diciembre de ese año, rompiendo el luto por el padre de Catalina, que había muerto en febrero, en Esquivias, el día 12 de diciembre de 1.584. Contaba con 19 años recién cumplidos. Miguel te nía 37, un hombre ya maduro.
A la boda no asistieron  ni la madre de Catalina, por su reciente viudedad, ni los padres de Cervantes, por la enfermedad de su padre, Rodrigo de Cervantes, que murió unos meses después del enlace.
                                                                                                                
El matrimonio duró 32 años, hasta que el 22 de abril de 1616 el Príncipe de los Ingenios encontró la muerte. Vivieron juntos en Valladolid y Madrid, volviendo a vivir en Esquivias en determinadas ocasiones, donde acudían para visitar a la familia, asistir a bautizos donde ejercían como padrinos, a la inauguración de la ermita de San Roque en 1602, en 1610 pasaron una temporada en la villa y el último viaje que realizó Cervantes fue precisamente a Esquivias, unos meses antes de morir, así queda reflejado en el prólogo de su obra póstuma, “Los Trabajos de Persiles y Segismunda”, donde dice: “...viniendo otros dos amigos y yo del famoso lugar de Esquivias...”

Catalina y Miguel no tuvieron descendencia, él si tenía una hija natural, Isabel de Saavedra, con Ana de Villafranca (Ana Franca), mujer de un tabernero de Madrid con la que mantuvo una  relación antes de su llegada a Esquivias. Pero Catalina termina ejerciendo como madre de Isabel a la muerte de Ana de Villafranca.
Afronta bien la noticia muchos años desconocida por ella de las andanzas de su marido por Nápoles y de su hijo Promontorio, del que hablaban los que habían estado con él en las guerras de Italia, pero Miguel dejó bien claro a Catalina que todo fueron habladurías y no hubo nada y que no eran más que apuntes en sus cuadernitos o libros de memoria, obra de su imaginación para componer sus novelas. Y que de nada de esto le había hablado, no por ocultárselo, sino porque ninguna cosa era verdad.

PLENOS PODERES A CATALINA:

Cuando Cervantes, se desplaza a Sevilla para ingresar como funcionario de la Hacienda Pública con el cargo de Comisario de Abastos, aprovechando el proyecto militar en marcha contra Inglaterra, culminando en lo que fuera la nefasta “Armada Invencible”, formula un documento, a modo de poder notarial para que su joven esposa pueda realizar cuantas operaciones crea convenientes o necesarias durante el tiempo que pudiera durar una ausencia imprevista.

Le acompaña y testifica en la operación escribanil, uno de los sobrinos toledanos de doña Catalina, Gabriel de Guzmán, íntimo de Miguel, quien será el encargado de llevarlo a su tía en mano, junto con una carta personal:
“A vos, doña Catalina de Salazar y Palacios, mi mujer, que estáis ausente, especialmente para que por mí y en mi nombre y en el vuestro podáis demandar, recibir, haber y cobrar todos y cualesquier maravedís, pan, trigo y cebada y otras cualquier cosas que a mi y a vos son y fueren debidas y pertenecientes por cualquier persona o personas vecinos de cualquier partes, así como por obligaciones, , cédulas, conocimientos y cuentas…” Afluye sin duda al documento la generosidad de un hombre tan íntegro como fue Miguel de Cervantes. Y así me lo corrobora, técnicamente, mi ilustre amigo el notario de Toledo Ignacio Carpio, a quien consulto el interesante tema”. 

Tras la muerte de Cervantes, Catalina sigue viviendo en Madrid hasta su muerte en 1626 y es enterrada junto a su marido en el Convento de las Trinitarias, tal y como consta en su testamento.

MUJEREES EN EL INGENIOSO HIDALGO DON QUIJOTE DE LA MANCHA

Sabemos que uno de los hilos conductores que el “Príncipe de los ingenios” mejor conocido como “el manco de Lepanto” por su propia preferencia, utilizó en su obra, cúspide de la literatura y no solo de España, sino mundial, fue el protagonismo de las mujeres: unas veces por su belleza; otras por su picardía, por su ingenio, por su decisión y por tantas cualidades que las adornan, en un amplio abanico de estatus sociales, desde labradoras y pastoras, pasando por duquesas, y hasta princesas y reinas.
Pero no es menos cierto, que salvo aquellos estudiosos del caballero andante y su fiel escudero, aparte del nombre de su amor platónico la sin par Dulcinea del Toboso, salvo a los muy estudiosos digo, se nos escapan los muchos personajes femeninos de la trama y la importancia que Don Miguel le dio al papel las mujeres:
Aldonza Lorenzo. Moza labradora, vecina de don quijote y que Sancho Panza la identifica bien ya que la conoce. Sabe que es hija de Lorenzo Corchuelo y Aldonza Nogales, y que fuera idealizada en Dulcinea del Toboso
Alejandra, Filis, Isabela, Silvia, Diana, Galatea, Alida, Amarilis, Eva.  Nombres utilizados como ejemplos en diversos episodios.
Altisidora. Dama que se había enamoriscado de don Quijote. Música, tocadora de arpa y poeta: Oh tú que estás en tu lecho- entre sábanas de Holanda – durmiendo a pierna tendida – de la noche a la mañana – caballero el más valiente – que ha producido la Mancha – más honesto y más bendito – que el oro fino de Arabia.
Ana Félix, La hermosa morisca cristiana, con el sobrenombre de Ricote, famosa por su hermosura y por la riqueza de su padre Ricote y de su madre Francisca Ricota.
Anarda. Por Ana; Francenia por Francisca;  Lucinda por Lucía. Son nombres que adaptarían don Quijote y Sancho Panza cuando se hicieran pastores. Teresaina o Teresona, llamaría Sancho Panza a su mujer Teresa.
Angélica. Citada por Orlando en su soneto: Orlando soy, Quijote, que, perdido – por Angélica, vi remotos mares, - ofreciendo a la Fama en sus altares – aquel valor que respetó el olvido…
Antonia Quijana, Sobrina de don Quijote, joven de unos 20 años y el Ama de llaves de 40. Fieles y muy cuidadosas del señor hidalgo.
Camila. Doncella principal y hermosa, hija de buenos padres de la cual estaba enamorado Anselmo y que a través de su buen amigo Lotario, le hizo llegar a la moza, sus deseos de casarse con ella y Camila se puso muy contenta por el matrimonio, que al final tuvo un penoso desenlace. Se trata del argumento de “ El curioso impertinente”.
Casilda. Es el nombre de Doña Rodríguez, la dueña de honor de la duquesa
Claridiana. Princesa que desempeña un gran papel en “El caballero del Febo”. ..Imperios desprecié; la monarquía – que me ofreció el Oriente rojo en vano –dejé, por ver el rostro soberano – de Claridiana, aurora hermosa mía –
Clara Perlerina, Hija de Andrés Perlerino, labrador riquísimo, de la que se enamoró el hijo de otro labrador que quería ser bachiller, de la localidad de Miguel Turra y le pedía al gobernador Sancho Panza, una carta de favor para que el casamiento se efectuara, pero al pedirle también dinero Sancho Panza le despidió amenazándole con romperle las costillas con una silla.
 Clara de Viedma, Hija del oidor Juan Pérez de Viedma, que se enamoró del dulce canto de un buen mozo, don Luis, hijo de un caballero de Aragón que se había enamorado de ella  viéndola  a través de la ventana, incluso desnuda, y al ausentarse ella con su padre, él optó por seguirla vestido de mozo de mulas. 
Claudia Jerónima, Hija de Simón Forte y al verse engañada por su prometido Vicente Torrellas y desposarse con Leonora, hija del rico Balvastro, Claudia tomó la firme decisión de darle su merecido con una escopeta.
Clori. En la trama Anselmo/Camila, de la cual Anselmo le insinuaba a Camila que andaba enamorado de una dama,  llamada Clori.
Cristina. La señora en la casa de don Diego de Miranda, en el Toboso, casa que era ancha como de aldea, con bodega en el patio, la cueva en el portal y muchas tinajas a la redonda.
Daraida. Mujer deslumbrante, tañedora de arpa y cantante, que en cierta ocasión actuó con tanta dulzura que el rey y la reina y todos los presentes quedaron entusiasmados. Pasaje en la Historia del Caballero Amadís de Gaula.
Dolorida . Dueña Dolorida, alias de la Condesa Trifaldi.
Dorotea, Moza que se casara con don Fernando y éste también la engaña, se hace pastora y asume  después el papel de la princesa Micomicona..
Dulcinea del Toboso.  Personaje imprescindible en toda la obra, a quien el “Caballero de la triste figura”, invoca en todos los episodios que se le acumulan. Prototipo de belleza femenina  y joven virtuosa, acorde con los gustos más exigentes de la época cervantina y aun del Siglo de Oro. Amor platónico de don Quijote, que no hay en el mundo doncella más hermosa que la Emperatriz de la Mancha, la sin par Dulcinea del Toboso, gloria destas riberas, adorno destos prados, sustento de la hermosura, nata de los donaires…Personaje ficticio, inspirado en Aldonza Lorenzo, moza labradora y vecina suya y que Sancho Panza la identifica bien ya que la conoce. Sabe que es hija de Lorenzo Corchuelo y Aldonza Nogales.
Elena.  En referencia a Elena de Troya. "la mujer más bella del universo", que Paris se enamoró de ella, con la ayuda de Afrodita, la raptó o la sedujo, y la llevó a Troya como esposa y por ello todos los reyes y príncipes de Grecia fueron llamados a cumplir su juramento y recuperarla
Fili.  Figura en un soneto en el librillo de memoria de Cardenio, que hallaron en Sierra Morena, sobre un enamorado de una dama a la que llamaba Fili:  “si digo que sois vos, Fili, no acierto – que tanto mal en tanto bien no cabe – ni me viene del cielo esta ruina”
Flora, Lamia y Laida, referencia a rameras del obispo de Mondoñedo.
Floripes. Infanta en historias en tiempos de Carlomagno, en la conversación entre don Quijote y el Canónigo
Francisca RIcota. Mujer católica y cristiana, esposa de Ricote, el morisco, tendero y vecino de Sancho Panza, que se encontraron en el camino.                             González. Señora González, o como es su gracia de vuestra merced, le dijo Sancho a la  dueña de honor de la duquesa en el castillo y esta le dijo: Doña Rodríguez de Grijalba me llamo.
Guiomar de Quiñones.  Señora esposa del regente de la Vicaría de Nápoles, que se quiso arrojar del coche  para besar las manos y los pies del gran Roque Guinart,  jefe de los bandoleros, en el pasaje yendo a Barcelona.
Jamarilla. Reina del reino Micomicón de Etiopía y madre de la princesa Micomicona.
La duquesa. Dueña del castillo que de acuerdo con su marido el duque, dan aposento a Don Quijote y Sancho en su castillo y prometen la ínsula Barataria de su propiedad  a Sancho Panza para que la gobierne a su criterio y antojo
Leandra. Hija de un honrado labrador tenía dos pretendientes del mismo pueblo pero no la gustaba ninguno desobedeciendo a su padre; llegó un soldado de las Italias, Vicente de la Rosa quien la cautivó con sus hazañas y halagos y decidieron fugarse juntos para casarse y vivir una vida de ensueño, pero el soldado salió golfo, la engaño, la quitó todo y la dejó abandonada en una cueva. Cuando su padre la encontró opto por meterla en un convento.
Leonela. Sirvienta de Camila y muy amigas por haberse criado juntas y protagonista de la historia de Camila con Anselmo y Lotario.
Lobuna y Zorruna, Condesas que componían las doce dueñas disfrazadas, junto a la condesa Trifaldi o la dueña Dolorida.
Lucrecia. En referencia a una mujer de la antigua Roma que fue víctima de una violación y se suicidó.
Luscinda. Hija de padres nobles y ricos que se va con don Fernando, y Cardenio al ver arrebato su amor, por la traición de su amigo Fernando, llora vagabundo por Sierra Morena.
Maguncia. Reina del famoso reino de Candaya, viuda del rey Archipiela, de cuyo matrimonio nació la infanta Antonomasia heredera del reino. Personajes de la historia de la Dueña Dolorida.
Marcela, La hija de Guillermo el rico que se quedó huérfana y vivía con su tío cura y heredó una gran fortuna. Era la más rica y hermosa de todo el contorno y que también se había vestido de pastora porque un buen día decidió irse con los pastores, como zagala, a cuidar su propio ganado, y Grisóstomo, por seguirla que era su gran amor, también se hace pastor y muere a causa de los desdenes de Marcela. Toma la decisión de vivir en soledad sin someterse a las normas sociales del XVII, y de defender con uñas y dientes su libertad y su integridad cuando la acusan de ser culpable del suicidio de su enamorado.
Maritornes, Criada de Palomeque el zurdo, que servía comidas en la venta  de éste, donde don Quijote fue armado caballero. Moza asturiana que don Quijote llamaba  “madama” y así la describe: "Una moza asturiana, ancha de cara, llana de cogote, de nariz roma, del un ojo tuerta, y del otro no muy sana: verdad es que la gallardía del cuerpo suplía las demás faltas; no tenía siete palmos de los pies a la cabeza, y las espaldas, que algún tanto le cargaban, la hacían mirar al suelo más de lo que ella quisiera". 
Melisendra. Reflejada en un romance  y es el nombre de la esposa de don Gaiferos y que la diera la libertad que estaba cautiva por los moros en la ciudad de Sanseña (Zaragoza). Romance “Jugando está a las tablas don Gaiferos, que ya de Melisendra está olvidado”.
Micomicona. Princesa ficticia cuyo papel lo asume Dorotea para engañar a don Quijote para que volviera a su casa.
Minguilla, La nieta de Mingo Silvato, que según las malas lenguas se ha quedado embarazada del hijo de Pedro Lobo, y que la ha dado palabra de casamiento, pero él lo niega.
Olalla, Zagala de quien el pastor tañedor de rabel, arde de amores por ella: Yo se Olla que me adoras – puesto que no me lo has dicho - ni aun con los ojos siquiera…

Oriana, Señora que dedica a Dulcinea este soneto: ¡Oh quien tuviera, hermosa Dulcinea, - por más comodidad y más reposo, - a Miraflores  puesto en el Toboso, - y trocara sus Londres con su aldea. Oriana era la amada de Amadís de Gaula y vivía en su castillo Miraflores, cercano a Londres.
Pintiquiniestra. Reina que da título a uno de los libros que echaron al corral para ser quemados.
Porcia. Una segunda mujer ficticia de Anselmo en la trama con su amigo Lotario
Quintañona. Dueña y con ella la reina Ginebra, de los Caballeros de la Mesa Redonda. La leyenda de donde salió el romance: Nunca fuera caballero – de damas tan bien servido –como fuera Lanzarote – cuando de Bretaña vino.
Quiñones, doña Mencia. Personaje en un cuento que Sancho Panza relata en casa de los Duques.
Quiteria, La más guapa del lugar de la que estaba enamorado Basilio que eran amigos desde la infancia y se casó en opulenta boda con Camacho el rico y en la boda Basilio protagonizó  un curioso y dramático episodio para rescatar el amor perdido de Quiteria y que al fin lo consigue.
Sanchica Panza. Hija del matrimonio Panza. También llamada Mari Sancha y que su padre aspira a casarla con un conde para que fuera condesa, cuando él fuera gobernador. Su madre en cambio, prefiere que se case con Lope Tocho, el hijo de Juan Tocho, mozo rollizo y sano, que es de su igual y estará bien casada, para lo cual está haciendo puntas de randas para su ajuar.
Teresa Panza. Esposa de Sancho Panza, con el mismo apellido porque en la época las mujeres al contraer matrimonio adoptaban el apellido del marido. Cervantes le dió diferentes nombres: Juana Gutiérrez, Mari Gutiérrez, Juana Panza, Teresa Cascajo (el apellido de su padre y por tanto de soltera). Y cuando Sancho le dijo a don Quijote: Llama a Teresa Panza, mi mujer, Mari Gutiérrez, a partir de entonces ya sería definitivamente Teresa Panza.
Tolosa, la y la Molinera, Doncellas de la Venta que sirvieron a don Quijote, y participaron en armarle caballero, la primera hija de un remendón de Toledo y la segunda hija de un honrado molinero de Antequera y les ordenó que a partir de ese momento antepusieran a sus nombre el don.
Torralba, la hija de un rico ganadero, que da celos a su enamorado, el cabrero extremeño Lope Ruiz, y luego este no la acepta.
Urraca. Hace alusión Cervantes al romance de la infanta doña Urraca
Zoraida. La bella mora, hija de un acaudalado moro, Agi Morato, y que quiere venir a España para convertirse al cristianismo, para lo cual acuerda con el cautivo, el capitán Ruy Pérez de Viedma, hermano del oidor Juan Pérez de Viedma, que organice su propia escapada y la traiga con él, para lo que ella le ayudará económicamente con el dinero que le sustrae a su padre, con la condición de que en España se case con ella, y así lo hicieron en Sevilla después de ser bautizada. Quiso llamarse María.


...Y algún nombre más que ahora se me oculta.


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