CATALINA DE PALACIOS SALAZAR
MUJER DE CERVANTES Y VECINA DE MADRID
Muy
estimados amigos, casi sin darnos cuenta se ha pasado el año cervantino 2.016.
Han
sido muchos los artículos que se han publicado y no quería yo pasar el
acontecimiento tan importante para las letras españolas sin hacer una pequeña
reseña de Catalina, mujer de Cervantes y vecina que fue de la Villa y Corte.
Catalina de Palacios
Salazar, nació el 1
de noviembre de 1.565, en el seno de una familia hidalga y de recio abolengo en
la localidad manchega de Esquivias y fue la mayor de cinco hermanos, Nicolás y
Gonzalo, que murieron de niños,
Francisco que fue cura y Fernando fraile franciscano, con el nombre de Fray
Antonio de Salazar.
De
su niñez, poco se sabe. Si se ha escrito que sobresalía en el aprendizaje del
latín con las enseñanzas de uno de sus tíos. Y las labores domésticas de la
mano de su madre, incluidos encajes y bordados. Su carácter era fuerte y poco
sumiso.
Se
conocieron en la villa toledana en 1584. Miguel había acudido a Esquivias a
ayudar a la viuda de su amigo Pedro Laínez con la edición de un «Cancionero».
En
su corto periodo de noviazgo con Miguel, Catalina se embobaba oyéndole contar
su vida en Nápoles, sus momentos más duros en la batalla de Lepanto, los
sucesos más tristes de su cautiverio en Argel, y vio sabiduría en todo cuanto
hablaba.
Se
casaron en diciembre de ese año, rompiendo el luto por el padre de Catalina,
que había muerto en febrero, en Esquivias, el día 12 de diciembre de 1.584.
Contaba con 19 años recién cumplidos. Miguel te nía 37, un hombre ya maduro.
A
la boda no asistieron ni la madre de
Catalina, por su reciente viudedad, ni los padres de Cervantes, por la
enfermedad de su padre, Rodrigo de Cervantes, que murió unos meses después del
enlace.
El
matrimonio duró 32 años, hasta que el 22 de abril de 1616 el Príncipe de los
Ingenios encontró la muerte. Vivieron juntos en Valladolid y Madrid, volviendo
a vivir en Esquivias en determinadas ocasiones, donde acudían para visitar a la
familia, asistir a bautizos donde ejercían como padrinos, a la inauguración de
la ermita de San Roque en 1602, en 1610 pasaron una temporada en la villa y el
último viaje que realizó Cervantes fue precisamente a Esquivias, unos meses
antes de morir, así queda reflejado en el prólogo de su obra póstuma, “Los
Trabajos de Persiles y Segismunda”, donde dice: “...viniendo otros dos amigos y yo del famoso lugar de Esquivias...”
Catalina
y Miguel no tuvieron descendencia, él si tenía una hija natural, Isabel de
Saavedra, con Ana de Villafranca (Ana Franca), mujer de un tabernero de Madrid
con la que mantuvo una relación antes de
su llegada a Esquivias. Pero Catalina termina ejerciendo como madre de Isabel a
la muerte de Ana de Villafranca.
Afronta
bien la noticia muchos años desconocida por ella de las andanzas de su marido
por Nápoles y de su hijo Promontorio, del que hablaban los que habían estado
con él en las guerras de Italia, pero Miguel dejó bien claro a Catalina que
todo fueron habladurías y no hubo nada y que no eran más que apuntes en sus
cuadernitos o libros de memoria, obra de su imaginación para componer sus
novelas. Y que de nada de esto le había hablado, no por ocultárselo, sino
porque ninguna cosa era verdad.
PLENOS
PODERES A CATALINA:
Cuando
Cervantes, se desplaza a Sevilla para ingresar como funcionario de la Hacienda
Pública con el cargo de Comisario de Abastos, aprovechando el proyecto militar
en marcha contra Inglaterra, culminando en lo que fuera la nefasta “Armada
Invencible”, formula un documento, a modo de poder notarial para que su joven
esposa pueda realizar cuantas operaciones crea convenientes o necesarias
durante el tiempo que pudiera durar una ausencia imprevista.
Le
acompaña y testifica en la operación escribanil, uno de los sobrinos toledanos
de doña Catalina, Gabriel de Guzmán, íntimo de Miguel, quien será el encargado
de llevarlo a su tía en mano, junto con una carta personal:
“A vos, doña Catalina de
Salazar y Palacios, mi mujer, que estáis ausente, especialmente para que por mí
y en mi nombre y en el vuestro podáis demandar, recibir, haber y cobrar todos y
cualesquier maravedís, pan, trigo y cebada y otras cualquier cosas que a mi y a
vos son y fueren debidas y pertenecientes por cualquier persona o personas
vecinos de cualquier partes, así como por obligaciones, , cédulas,
conocimientos y cuentas…” Afluye sin duda al documento la generosidad de un
hombre tan íntegro como fue Miguel de Cervantes. Y así me lo corrobora,
técnicamente, mi ilustre amigo el notario de Toledo Ignacio Carpio, a quien
consulto el interesante tema”.
Tras
la muerte de Cervantes, Catalina sigue viviendo en Madrid hasta su muerte en
1626 y es enterrada junto a su marido en el Convento de las Trinitarias, tal y
como consta en su testamento.
MUJEREES EN EL INGENIOSO HIDALGO DON QUIJOTE DE LA MANCHA
Sabemos
que uno de los hilos conductores que el “Príncipe de los ingenios” mejor
conocido como “el manco de Lepanto” por su propia preferencia, utilizó en su
obra, cúspide de la literatura y no solo de España, sino mundial, fue el protagonismo
de las mujeres: unas veces por su belleza; otras por su picardía, por su
ingenio, por su decisión y por tantas cualidades que las adornan, en un amplio
abanico de estatus sociales, desde labradoras y pastoras, pasando por duquesas,
y hasta princesas y reinas.
Pero
no es menos cierto, que salvo aquellos estudiosos del caballero andante y su
fiel escudero, aparte del nombre de su amor platónico la sin par Dulcinea del
Toboso, salvo a los muy estudiosos digo, se nos escapan los muchos personajes
femeninos de la trama y la importancia que Don Miguel le dio al papel las
mujeres:
Aldonza
Lorenzo. Moza
labradora, vecina de don quijote y que Sancho Panza la identifica bien ya que
la conoce. Sabe que es hija de Lorenzo Corchuelo y Aldonza Nogales, y que fuera
idealizada en Dulcinea del Toboso
Alejandra, Filis, Isabela, Silvia, Diana,
Galatea, Alida, Amarilis, Eva. Nombres
utilizados como ejemplos en diversos episodios.
Altisidora. Dama que se había enamoriscado de
don Quijote. Música, tocadora de arpa y poeta: Oh tú que estás en tu lecho- entre sábanas de Holanda – durmiendo a
pierna tendida – de la noche a la mañana – caballero el más valiente – que ha
producido la Mancha – más honesto y más bendito – que el oro fino de Arabia.
Ana
Félix, La hermosa
morisca cristiana, con el sobrenombre de Ricote, famosa por su hermosura y por la
riqueza de su padre Ricote y de su madre Francisca Ricota.
Anarda. Por Ana; Francenia por
Francisca; Lucinda por Lucía. Son
nombres que adaptarían don Quijote y Sancho Panza cuando se hicieran pastores.
Teresaina o Teresona, llamaría Sancho Panza a su mujer Teresa.
Angélica. Citada por Orlando en su soneto:
Orlando soy, Quijote, que, perdido – por
Angélica, vi remotos mares, - ofreciendo a la Fama en sus altares – aquel valor
que respetó el olvido…
Antonia
Quijana, Sobrina de
don Quijote, joven de unos 20 años y el Ama de llaves de 40. Fieles y muy
cuidadosas del señor hidalgo.
Camila. Doncella principal y hermosa, hija
de buenos padres de la cual estaba enamorado Anselmo y que a través de su buen
amigo Lotario, le hizo llegar a la moza, sus deseos de casarse con ella y
Camila se puso muy contenta por el matrimonio, que al final tuvo un penoso
desenlace. Se trata del argumento de “ El
curioso impertinente”.
Casilda. Es el nombre de Doña Rodríguez, la
dueña de honor de la duquesa
Claridiana. Princesa que desempeña un gran papel
en “El caballero del Febo”. ..Imperios desprecié; la monarquía – que me
ofreció el Oriente rojo en vano –dejé, por ver el rostro soberano – de
Claridiana, aurora hermosa mía –
Clara Perlerina,
Hija de Andrés Perlerino, labrador riquísimo, de la que se enamoró el hijo
de otro labrador que quería ser bachiller, de la localidad de Miguel Turra y le
pedía al gobernador Sancho Panza, una carta de favor para que el casamiento se
efectuara, pero al pedirle también dinero Sancho Panza le despidió amenazándole
con romperle las costillas con una silla.
Clara
de Viedma, Hija del
oidor Juan Pérez de Viedma, que se enamoró del dulce canto de un buen mozo, don
Luis, hijo de un caballero de Aragón que se había enamorado de ella viéndola
a través de la ventana, incluso desnuda, y al ausentarse ella con su
padre, él optó por seguirla vestido de mozo de mulas.
Claudia
Jerónima, Hija de
Simón Forte y al verse engañada por su prometido Vicente Torrellas y desposarse
con Leonora, hija del rico
Balvastro, Claudia tomó la firme decisión de darle su merecido con una
escopeta.
Clori. En la trama Anselmo/Camila, de la
cual Anselmo le insinuaba a Camila que andaba enamorado de una dama, llamada Clori.
Cristina. La señora en la casa de don Diego de
Miranda, en el Toboso, casa que era ancha como de aldea, con bodega en el
patio, la cueva en el portal y muchas tinajas a la redonda.
Daraida. Mujer deslumbrante, tañedora de arpa
y cantante, que en cierta ocasión actuó con tanta dulzura que el rey y la reina
y todos los presentes quedaron entusiasmados. Pasaje en la Historia del
Caballero Amadís de Gaula.
Dolorida . Dueña Dolorida, alias de la Condesa
Trifaldi.
Dorotea, Moza que se casara con don Fernando
y éste también la engaña, se hace pastora y asume después el papel de la princesa Micomicona..
Dulcinea
del Toboso. Personaje imprescindible en toda la obra, a
quien el “Caballero de la triste figura”, invoca en todos los episodios que se
le acumulan. Prototipo de belleza femenina
y joven virtuosa, acorde con los gustos más exigentes de la época
cervantina y aun del Siglo de Oro. Amor platónico de don Quijote, que no hay en el mundo doncella más hermosa
que la Emperatriz de la Mancha, la sin par Dulcinea del Toboso, gloria destas
riberas, adorno destos prados, sustento de la hermosura, nata de los donaires…Personaje
ficticio, inspirado en Aldonza Lorenzo, moza labradora y vecina suya y que
Sancho Panza la identifica bien ya que la conoce. Sabe que es hija de Lorenzo
Corchuelo y Aldonza Nogales.
Elena. En referencia a Elena de Troya. "la mujer
más bella del universo", que Paris se enamoró de ella, con la ayuda de
Afrodita, la raptó o la sedujo, y la llevó a Troya como esposa y por ello todos
los reyes y príncipes de Grecia fueron llamados a cumplir su juramento y
recuperarla
Fili.
Figura en un soneto en el librillo de memoria de Cardenio, que hallaron
en Sierra Morena, sobre un enamorado de una dama a la que llamaba Fili: “si digo
que sois vos, Fili, no acierto – que tanto mal en tanto bien no cabe – ni me
viene del cielo esta ruina”
Flora,
Lamia y Laida,
referencia a rameras del obispo de Mondoñedo.
Floripes. Infanta en historias en tiempos de
Carlomagno, en la conversación entre don Quijote y el Canónigo
Francisca
RIcota. Mujer
católica y cristiana, esposa de Ricote, el morisco, tendero y vecino de Sancho
Panza, que se encontraron en el camino. González. Señora González, o como es su
gracia de vuestra merced, le dijo Sancho a la
dueña de honor de la duquesa en el castillo y esta le dijo: Doña
Rodríguez de Grijalba me llamo.
Guiomar
de Quiñones. Señora esposa del regente de la Vicaría de
Nápoles, que se quiso arrojar del coche
para besar las manos y los pies del gran Roque Guinart, jefe de los bandoleros, en el pasaje yendo a
Barcelona.
Jamarilla. Reina del reino Micomicón de Etiopía
y madre de la princesa Micomicona.
La
duquesa. Dueña del
castillo que de acuerdo con su marido el duque, dan aposento a Don Quijote y
Sancho en su castillo y prometen la ínsula Barataria de su propiedad a Sancho Panza para que la gobierne a su
criterio y antojo
Leandra. Hija de un honrado labrador tenía
dos pretendientes del mismo pueblo pero no la gustaba ninguno desobedeciendo a
su padre; llegó un soldado de las Italias, Vicente de la Rosa quien la cautivó
con sus hazañas y halagos y decidieron fugarse juntos para casarse y vivir una
vida de ensueño, pero el soldado salió golfo, la engaño, la quitó todo y la
dejó abandonada en una cueva. Cuando su padre la encontró opto por meterla en
un convento.
Leonela. Sirvienta de Camila y muy amigas por
haberse criado juntas y protagonista de la historia de Camila con Anselmo y Lotario.
Lobuna y Zorruna, Condesas que componían las doce dueñas disfrazadas, junto
a la condesa Trifaldi o la dueña Dolorida.
Lucrecia. En referencia a una mujer de
la antigua Roma que fue víctima de una violación y se suicidó.
Luscinda.
Hija de padres nobles
y ricos que se va con don Fernando, y Cardenio al ver arrebato su amor, por la
traición de su amigo Fernando, llora vagabundo por Sierra Morena.
Maguncia. Reina del famoso reino de Candaya,
viuda del rey Archipiela, de cuyo matrimonio nació la infanta Antonomasia
heredera del reino. Personajes de la historia de la Dueña Dolorida.
Marcela, La hija de Guillermo el rico que se
quedó huérfana y vivía con su tío cura y heredó una gran fortuna. Era la más rica
y hermosa de todo el contorno y que también se había vestido de pastora porque
un buen día decidió irse con los pastores, como zagala, a cuidar su propio
ganado, y Grisóstomo, por seguirla que era su gran amor, también se hace pastor
y muere a causa de los desdenes de Marcela. Toma la decisión de vivir en soledad sin someterse a las normas sociales
del XVII, y de defender con uñas y dientes su libertad y su integridad cuando
la acusan de ser culpable del suicidio de su enamorado.
Maritornes, Criada de Palomeque el zurdo, que
servía comidas en la venta de éste,
donde don Quijote fue armado caballero. Moza asturiana que don Quijote
llamaba “madama” y así la describe: "Una moza
asturiana, ancha de cara, llana de cogote, de nariz roma, del un ojo tuerta, y
del otro no muy sana: verdad es que la gallardía del cuerpo suplía las demás
faltas; no tenía siete palmos de los pies a la cabeza, y las espaldas, que
algún tanto le cargaban, la hacían mirar al suelo más de lo que ella
quisiera".
Melisendra.
Reflejada en un
romance y es el nombre de la esposa de
don Gaiferos y que la diera la libertad que estaba cautiva por los moros en la
ciudad de Sanseña (Zaragoza). Romance
“Jugando está a las tablas don Gaiferos, que ya de Melisendra está olvidado”.
Micomicona. Princesa ficticia cuyo papel lo
asume Dorotea para engañar a don Quijote para que volviera a su casa.
Minguilla,
La nieta de Mingo
Silvato, que según las malas lenguas se ha quedado embarazada del hijo de Pedro
Lobo, y que la ha dado palabra de casamiento, pero él lo niega.
Olalla, Zagala de quien el pastor tañedor de
rabel, arde de amores por ella: Yo se
Olla que me adoras – puesto que no me lo has dicho - ni aun con los ojos
siquiera…
Oriana, Señora que dedica a Dulcinea este
soneto: ¡Oh quien tuviera, hermosa
Dulcinea, - por más comodidad y más reposo, - a Miraflores puesto en el Toboso, - y trocara sus Londres
con su aldea. Oriana era la amada de Amadís de Gaula y vivía en su castillo
Miraflores, cercano a Londres.
Pintiquiniestra. Reina que da título a uno de los
libros que echaron al corral para ser quemados.
Porcia. Una segunda mujer ficticia de
Anselmo en la trama con su amigo Lotario
Quintañona. Dueña y con ella la reina Ginebra,
de los Caballeros de la Mesa Redonda. La leyenda de donde salió el romance: Nunca fuera caballero – de damas tan bien
servido –como fuera Lanzarote – cuando de Bretaña vino.
Quiñones, doña
Mencia. Personaje en un cuento que Sancho Panza relata en casa de los
Duques.
Quiteria, La más guapa del lugar de la que
estaba enamorado Basilio que eran amigos desde la infancia y se casó en
opulenta boda con Camacho el rico y en la boda Basilio protagonizó un curioso y dramático episodio para rescatar
el amor perdido de Quiteria y que al fin lo consigue.
Sanchica
Panza. Hija del
matrimonio Panza. También llamada Mari Sancha y que su padre aspira a casarla
con un conde para que fuera condesa, cuando él fuera gobernador. Su madre en
cambio, prefiere que se case con Lope Tocho, el hijo de Juan Tocho, mozo
rollizo y sano, que es de su igual y estará bien casada, para lo cual está
haciendo puntas de randas para su ajuar.
Teresa
Panza. Esposa de
Sancho Panza, con el mismo apellido porque en la época las mujeres al contraer
matrimonio adoptaban el apellido del marido. Cervantes le dió diferentes
nombres: Juana Gutiérrez, Mari Gutiérrez, Juana Panza, Teresa Cascajo (el
apellido de su padre y por tanto de soltera). Y cuando Sancho le dijo a don
Quijote: Llama a Teresa Panza, mi mujer,
Mari Gutiérrez, a partir de entonces ya sería definitivamente Teresa Panza.
Tolosa, la
y la Molinera, Doncellas de la Venta
que sirvieron a don Quijote, y participaron en armarle caballero, la primera
hija de un remendón de Toledo y la segunda hija de un honrado molinero de
Antequera y les ordenó que a partir de ese momento antepusieran a sus nombre el
don.
Torralba, la hija de un rico ganadero, que da
celos a su enamorado, el cabrero extremeño Lope Ruiz, y luego este no la
acepta.
Urraca. Hace alusión Cervantes al romance de
la infanta doña Urraca
Zoraida. La bella mora, hija de un acaudalado
moro, Agi Morato, y que quiere venir a España para convertirse al cristianismo,
para lo cual acuerda con el cautivo, el capitán Ruy Pérez de Viedma, hermano
del oidor Juan Pérez de Viedma, que organice su propia escapada y la traiga con
él, para lo que ella le ayudará económicamente con el dinero que le sustrae a
su padre, con la condición de que en España se case con ella, y así lo hicieron
en Sevilla después de ser bautizada. Quiso llamarse María.
...Y
algún nombre más que ahora se me oculta.
.
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