Emilio Jorrín, Ana Martos, Matías Díaz Padrón, Mariano Azores
Con
relación a mi conferencia de ayer día 20 de octubre en el Centro Cultural de
los Ejércitos, Gran Vía 13, Madrid, quiero resaltar en primer lugar la emotiva
presentación que de mi persona efectuó ANA MARTOS RUBIO, nacida en Madrid hace más de medio siglo. Estudió
Psicología, Informática, Música y varios idiomas. Ha tenido un gabinete de
consulta psicológica durante más de diez años, ha sido profesora en varios
centros de formación para postgraduados y ha llevado a cabo diversos trabajos
de investigación en hospitales psiquiátricos. Desde 1992 se dedica a la
literatura técnica y científica:
Emilio Jorrín.
1937
– nació en Salces, en la montaña cántabra
1962
– eligió Madrid para vivir
1992
– inició la toma de datos para el libro “Huellas de Cantabria en Madrid”
Es
un privilegio presentar a Emilio.
Lo
cierto es que hace relativamente poco tiempo que le conozco pero, desde nuestra
primera charla, Emilio me regaló una enseñanza que para mí fue y sigue siendo
muy importante.
Entre
sus numerosas actividades, Emilio preside una asociación de mayores llamada
Pablo Iglesias, que viene desarrollando iniciativas tan excelentes como
impulsar el envejecimiento activo y la creación del Fiscal de las personas
mayores. Emilio refleja estos asuntos en su Diario de un Mayor, en el blog de
Emilio Jorrín que, desde luego, merece la pena leer.
Pero
lo que a mí me impactó fue su denuncia de un estereotipo que la sociedad ha
colocado al colectivo de mayores y que se plasma en un símbolo: el bastón, la
garrota, la silla de ruedas. Cuando los medios se refieren a los mayores,
invariablemente aparece un grupo de viejitos jugando al subastao en el parque o
unas viejitas jugando al parchís en la residencia.
Yo
no me había dado cuenta de ese distintivo por la sencilla razón de que no había
tomado conciencia de que SOY MAYOR, de que pertenezco a ese colectivo, quizá
porque no me identifico con el estereotipo denunciado.
Aprendí,
por tanto, no solo a concienciar que pertenezco a ese colectivo, sino a
defenderlo, a pelear contra el estereotipo que nos cosifica como a un colectivo
homogéneo.
Cuando
me eligió para presentarle, me dio su curriculum, su biografía y el libro que
fundamenta su conferencia de hoy.
Leyendo
el libro, vi que tiene ilustraciones y muy buenas. Resulta que son suyas, que
Emilio no solamente es escritor sino ilustrador. Miré su biografía y no
solamente es ilustrador, sino pintor, con premios y medallas y tiene pinturas
en tres museos nacionales y en varias colecciones oficiales. Y 60 exposiciones.
Miré
su blog y encontré dibujos, ilustraciones y muestras de su pintura.
Siguiendo
con el libro, empecé a encontrar poesía.
Un canto a Madrid y otro a Cantabria. También son suyos. Emilio también
es poeta. Dice:
Con
dulzaina y seguidillas - organillo y el chotís - al color de tus verbenas - en
Lavapiés ¡que sí!
Miré
su blog y encontré poemas, cantos breves, voz y paisaje:
cumbre
alta, - valle fértil, - prado y res.
Es
decir, Emilio no solamente escribe sino que adorna su arte literario con su
arte pictórico y, además, los eleva al mundo poético, con su verso liso y
llano, como él dice. Tiene dos libros de poesía publicados y aparece en el
Diccionario Biográfico de la poesía de Cantabria.
Del
blog pasé a la biografía y allí me encontré con que Emilio no solamente crea mundos
propios de texto, imagen y poesía, sino que ama la cultura tradicional como
folclorista hasta el punto de crear coplas, tañerlas al rabel y cantarlas. Y
también tiene premios en certámenes de canción solista, de ronda de mozos, de
coplas rabeleras.
Y
ya, aunque parezca obvio, solamente me quedaba por saber la motivación del
libro, por qué lo escribió y por qué viene ahora a describirlo.
En
un rincón del libro encontré una señal. Dice que en 1992, aquel año de
olimpiadas, centenario, capitalidad cultural y expo, sintió un impulso a buscar
y reunir las aportaciones que su amada Cantabria, su tierra de origen, ha hecho
a su querido Madrid, tu tierra de elección. Se puso manos a la obra y así nació
el libro.
He
creído ver que expresa la suma de dos amores, algo así como la madre, el
origen, que es Cantabria y la esposa, la elegida que es Madrid.
Dice:
Madrid,
porque es pueblo diverso de talante universal, un mundo pequeño que es patria
de todos.
Cantabria,
porque es tierra de verdes, que tiene el verde en el corazón
Hasta
el alma tienes verde – hecha de lluvia y de sol
Los
suma porque no se siente foráneo en Madrid, porque un día vino a vivir aquí y
trajo consigo sus pertenencias y sus recuerdos, pero hubo cosas que no pudo
traer, que quedaron allí y que ha debido echar de menos. Y entonces decidió
traerlas. Las trajo en forma de personajes, de lugares, de acontecimientos, de
costumbres. Las trajo y se rodeó de ellas para sentirse no solamente en su
casa, que ya estaba, sino en sus dos casas, la de aquí y la de allá.
Como
dice el cantar con que inicia su trabajo y que recuerda, sin duda, su Salces
nevado:
Yo
he nacido en la montaña – y morir en ella quiero – porque es el aire más puro –
y estás más cerca del cielo.
En la conferencia efectué
una reseña de una selección de personajes y lugares de Cantabria entre los
muchos relacionados con el callejero madrileño y con el devenir histórico de
Madrid, para adaptarme al tiempo razonable de una conferencia. Fueron éstos:
Altamira.
Argenta. Argüeso. Castillo de Argüeso. Cantabria. Cardenal Herrera Oria. Concha Espina. Gerardo Diego. Juan de Herrera. Los Madrazo. Antonio Ruiz de Salces. Duquesa
de Santoña. Menéndez Pelayo. Santander.
Velarde. Conchita Rábago. José Abascal. Carlos Osoro y Reinosa.
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