En el año
1.977, año de gracia democrática, por las elecciones celebradas el día 15 de
junio, el rey elegía entre una terna a don Adolfo Suárez González como
presidente del Gobierno que fijó su residencia oficial en este palacio, en el
cual conseguiría el día 27 de Octubre de ese mismo año, el consenso entre todos
los partidos políticos con representación parlamentaria, los denominados
“pactos de la Moncloa”, lo que supondría efectuar la transición política de
forma pacífica y muy positiva.
Este palacio
de la Moncloa tiene sus antecedentes en una antigua propiedad de los condes de
la Monclova, don Melchor Antonio Portocarrero, virrey del Perú, y que por deformación
fonética se transformó en Moncloa.
Fue en
principio una finca de uso agrario ampliada con la incorporación de otros
terrenos colindantes.
A principios
del s. XVII, pertenecía a doña Ana de Mendoza, condesa de Cifuentes, que se lo vendió a don Juan Croy, conde de Sora, y
la denominó “Huerta de Sora”.
En 1.660 fue
adquirida por Gaspar de Haro y Guzmán, marqués del Carpio y de Eliche, quien
mandó edificar su casa-palacio, que fue conocida como palacete de Eliche. A su
muerte fue heredada por su hija Catalina de Haro, casada con Francisco Álvarez
de Toledo y Silva.
Otro de sus
propietarios posteriores fue don Antonio Joaquín Guerra, y por ello se conoció
a la finca con el nombre de “Huerta de Guerra”.
En 1.781,
fue adquirido por la duquesa viuda de Arcos, doña María del Pilar Ana de Silva,
quien al morir se la dejó a su hija María del Pilar Teresa Cayetana de Silva y
Álvarez de Toledo, XIII duquesa de Alba, muy retratada por Goya.
Después de
la muerte prematura de la duquesa de Alba en 1.802, fue adquirido por el monarca Carlos
IV, para su esposa María Luisa de Parma.
Durante la
invasión francesa fue ocupado por el general Murat, a las órdenes de José
Bonaparte, sufriendo daños considerables por efecto de la guerra de la
Independencia y que Fernando VII repararía posteriormente, en 1.816, bajo la
dirección y proyecto de Carlos Isidro González.
En 1.866,
Isabel II lo cedió al Estado, mediante la llamada “ley del Rasgo” y fue
utilizado para residencia de descanso de los presidentes del Gobierno, para lo
cual fue convenientemente restaurado y decorado. En 1.868 pasó a depender del
Ministerio de Fomento.
En 1.923, en
la dictadura de Primo de Rivera, fue declarado Monumento Artístico y en 1.929,
el palacio fue restaurado según proyecto de Joaquín Ezquerra del Bayo.
En la guerra
civil quedó destrozado, y se reconstruyó uno nuevo sobre las ruinas, con el
proyecto de Diego Méndez, con el fin de servir de residencia a las
personalidades extranjeras en visitas oficiales.
En 1.977,
pasó a ser residencia oficial de los presidentes del Gobierno de España.
.
No hay comentarios:
Publicar un comentario