domingo, 21 de noviembre de 2010

EL DOS DE MAYO 1.808




El 19 de marzo había tenido lugar el Motín de Aranjuez en contra de Godoy y que ocasionara la abdicación de Carlos IV a favor de su hijo Fernando VII.


Carlos IV y su familia se van a Francia y son “juguetes” de Napoleón Bonaparte.

Madrid queda a marced de los invasores franceses.

Los madrileños no soportan la opresión y se lanzan a la calle el histórico día 2 de mayo.

Nos cuentan las crónicas que los puñales y cuchillos inquietos se escapan solos de las manos. Se lucha con piedras, a mordiscos, todo vale.


Aquella misma noche, madrugada ya del día 3, la Montaña del Príncipe Pío se inunda con la sangre de cuarenta y tres madrileños asesinados por los soldados de Napoleón, a las órdenes del general Murat.

Esta tragedia macabra ha quedado plasmada para la historia en una de las obras maestras de la pintura española: Los fusilamientos, obra del genial Goya, que junto con su criado Isidro había sido testigo directo de aquel dantesco espectáculo.

Sus restos reposan en el cementerio de Nuestra Señora de la Florida, junto con los de la heroína Clara del Rey, que también se distinguió en su lucha contra los franceses.

La Puerta del Sol fue triste escenario de la célebre carga de los mamelucos (soldados de Napoleón) contra la sublevación de los madrileños, y de los juicios sumarios del ejército francés instalado en el edificio central.


Escaramuzas, ataques… en la plaza de la Villa, calle de San Justo, las Salesas y en Monteleón (hoy plaza del Dos de Mayo, calles Daoiz y Velarde, y calle Ruiz).
Cuartel de Artillería Monteleón, habilitado para este fin el entonces palacio, puesto a las órdenes de Daoiz, muerto en su defensa con un grupo de madrileños.

De este edificio solo queda como recuerdo y monumento, colocado en la plaza, su arco de entrada principal, junto a las estatuas, obra de Antonio Solá.


Cuando acabó la jornada, la sublevación popular había sido dominada por las tropas francesas, reforzada con la guardia polaca y el escuadrón de Mamelucos.

Entre madrileños y soldados perdieron la vida un millar de personas.


Esta gesta heroica le valió a Madrid el título real de “Muy heroica”.


Diversas placas recuerdan aquella gesta inolvidable:

En la plaza del Dos de Mayo: “A los héroes populares que el dos de mayo de 1.808, auxiliando a los soldados de los inmortales Daoiz y Velarde, pelearon aquí por la independencia de la Patria contra las fuerzas de Napoleón. El Círculo de Bellas Artes. 1.908”.


En la calle Velarde: “A Manuela Malasaña y mujeres que lucharon en el 2 de mayo. Las mujeres del Barrio. 30 de abril de 1.983”.



En el Campo de la Lealtad, hoy plaza de la Lealtad, lugar también de escaramuzas, en donde cayeron algunas víctimas, se ha erigido un bello obelisco en piedra rodeado de un jardín y una magnífica verja de hierro forjado con varias placas que recuerdan los hechos:

“Las cenizas de las víctimas del 2 de mayo de 1.808, descansan en este Campo de la Lealtad, regado con su sangre. ¡Honor eterno al patriotismo!”.

“A los mártires de la Independencia española. La nación agradecida. Concluido por la Villa de Madrid el año 1.840”.

“Dos de Mayo. Honor a todos los que dieron su vida por España. Reinando Isabel II, el pueblo español erigió este monumento para conmemorar la lealtad de sus hijos. 2 de mayo MDCCCXL”.

“S.M. el Rey Don Juan Carlos prendió la llama votiva que en este monumento perpetúa el recuerdo de la Nación a todos los que dieron su vida por laPatria.22 noviembre MCMLXXXV”.

Este monumento, obra de Isidro González Velázquez, está dedicado también al Soldado Desconocido. Tiene 56 m de altura y contiene cuatro estatuas alegóricas: Al Patriotismo; a la Constancia; al Valor y a la Virtud.







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