FOLKLORE-CULTURA TADICIONAL
EVOLUCION HISTORICA
Nunca es más bello el progreso que cuando concierta
con las Tradiciones que durante siglos fueron vivencia de un pueblo y que
fueron también la razón de su vida.
La tradición y el progreso, advierte Pío XII, se complementan mutuamente, con armonía tanta, que aquella sin éste, se contradeciría así misma, y el progreso sin la tradición, sería una empresa temeraria y un salto en la oscuridad.
El cantar, tocar, bailar y danzar, así como tañir instrumentos de música, etc., es arte que nació con el hombre, porque son actitudes consustanciales con la naturaleza humana y solo se diferencian en los matices y artificios tenidos y utilizados.
Han estado siempre vinculados a los acontecimientos
de la vida del hombre: en su nacimiento, en su diversión, en su trabajo, en su
soledad, en su lucha en su paz, en sus pensamientos, en su sentir, en su
muerte...
Ya en el Génesis podemos leer: "... Ada dio a luz a Yabel, que fue el padre de los habitan en tiendas y tienen rebaños. Su hermano se llamaba Yubal y fue el padre de todos los que tocan la cítara y la flauta...".
El pueblo, siempre y a todas horas ha cantado su estado de ánimo, y lo ha hecho, no para lucimiento personal, sino para expresar sus sentimientos. Esto es, lo ha efectuado con amor, y el amor pone emoción en el alma, y en donde hay emoción hay arte.
El gran pintor del siglo XX, Pablo Ruiz Picasso, lo
ha recordado: Todo arte pasa por el corazón.
Así pues, ya tenemos otra definición clara: el folclore, la cultura tradicional es arte.
Arte en sus diversas facetas que iremos viendo y analizando.
Menéndez Pelayo, ha escrito también con claridad que Caballero y Chapí renovaron la zarzuela, y Echegaray el teatro, porque bebieron en el pueblo su inspiración popular.
Anteriormente Platón ya había llamado a la Tradición "Divina filosofía", y que la música era un descubrimiento poderoso para mejorar las costumbres y modelar los espíritus, de suerte que cantar y bailar bien, denota educación.
Lope de Vega y otros grandes autores, publicaron coplas y cantares que el pueblo hizo suyos porque estaban compuestos con el alma popular, es decir, que por arte popular se entiende, no solo las obras nacidas de forma impersonal en el pueblo y por tanto de autores anónimos, sino también aquellas que el pueblo adopta porque traducen fielmente su sensibilidad.
Es especialmente destacable que Juan del Encina (1469-1529), que compone una abundante obra, tanto profana como religiosa, aprovecha gran cantidad de música popular para sus creaciones.
También Lutero, tomó melodías tradicionales y las
llevó a la iglesia, cantándolas, no en latín como en la iglesia católica, sino
en alemán, con lo que exaltaba el espíritu del pueblo.
La melodía es el alma de la música clásica, dice Blume, y para encontrar esas melodías hay que recurrir ala música popular, música folk.
Entre el rito y la historia, fluye el calendario de
celebraciones populares en todos los pueblos de España.
Muchas de estas celebraciones tienen un origen
pagano: otras, son de clara procedencia religiosa que acabarían secularizándose en su desarrollo, pero en
ambos casos, todas ellas encontraron en el pueblo llano, las condiciones
favorables para su arraigo y supervivencia a través de los tiempos.
La inventiva de los pueblos, su inquietud y
generosidad, unidas a su temperamento y talante, siempre han posibilitado que
la fiesta se haya consustanciado con el pueblo como un concepto felicitario de
la vida.
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